Por lo que cuentas, parece que tienes lo que se llama un "trastorno de pánico con agorafobia". El primer episodio en el bar es el que marca la trayectoria que ahora sufres. Le ocurre a mucha gente y tiene un tratamiento relativamente fácil, lo que pasa es que quien lo padece, cree que su vida ha cambiado y ya todo parece imposible. Eres la misma persona, con las mismas capacidades de siempre, pero ese primer ataque produce una especie de trauma que hace sentirnos limitados. No quieres volver a sentir lo que sentiste y buscas por acción y sobre todo por omisión no volver a pasar por ahí. La clave radica en esta omisión: salir a la calle sola, montar en moto, etc.
Tienes dos tipos de tareas que debes comenzar a poner en marcha. La primera es afrontar la ansiedad de una forma más naturalizada, es decir, asumirla internamente para que deje de parecerte un monstruo que te sorprende por las esquinas. Y la otra es comenzar progresivamente a realizar las tareas y acciones que hasta hace 10 meses realizabas sin problema.
Para ello te voy a poner un ejemplo tipo metáfora:
Imagina que la ansiedad es una compañera de piso que se acaba de instalar y no puedes echarla. Te la tropezaste un día de repente, y ahora le huyes a diario. Ella pega en la puerta de tu dormitorio y no le abres (te da pavor), cuando pasa el rato abres poco a poco la puerta, te asomas y si no le ves, cruzas rápidamente el pasillo para llegar por ejemplo al cuarto de baño. Allí te encierras y cuando te dispones a salir vuelves a comprobar que no está para correr de nuevo a tu dormitorio. Como vive contigo, no puedes evitar tropezar con ella de vez en cuando y le vuelves la cara o te recluyes en cuanto puedes. Con esta actitud, el aspecto de la ansiedad va adquiriendo una fiereza que cada vez te asusta más. Un día viene otra compañera de piso que conoces y con la que tienes confianza y te dice: "mira, ven conmigo que yo le conozco y te la voy a presentar. No temas, es muy desagradable de aspecto, pero si te acostumbras a mirarle y a convivir con ella podrás dejar de huirle y hacer una vida normal dentro de casa; te cruzaras con ella, charlarás, le mirarás a la cara y aunque nunca llegue a caerte bien, podrás dejar que entre y salga de cualquier estancia mientras tu haces lo que siempre habías hecho"
Si puedes acude a tu psicólogo, que seguro que te ayuda a retomar tu vida. Te recomiendo la lectura de dos libros del autor Jorge Barraca, que es un psicólogo que trabaja en una línea muy similar a la mía y que estoy seguro que pueden darte una visión de tu problema muy diferente a la que sostienes:
- La mente o la vida (más teórico, para leer en primer lugar)
- El viaje al ahora (más práctico)