Franquicia

Hay franquicias buenas y franquicias malas, como todo. Las franquicias buenas son las que te proporcionan una buena marca, un buen sistema de trabajo, te respetan un territorio y te envían a todos los clientes que consiguen en esa zona, sobre todo si lo hacen con un canon bajo. Las franquicias malas son las que te cobran sin ofrecerte apenas nada a cambio, sólo por utilizar un rótulo y sin aportarte nada.
El principal problema de una franquicia es que los contratos suelen ser muy rígidos. Cuando tú montas un negocio de nuevas en un sitio y tienes muchas incertidumbres, lo mejor es que todos los contratos desde el alquiler a los de suministros puedan cancelarse fácil y rápidamente si las cosas no responden a las perspectivas.
Los contratos de franquicia y los de alquiler que tienen periodos de obligado cumplimiento son por ello muy desaconsejables para cualquiera que quiera iniciar un negocio que pueda tener un componente importante de incertidumbre.
He conocido casos en los que se iniciaba una actividad y no yendo bien se ha querido cerrar pero se han encontrado con el contrato de franquicia y lo obligación de seguir pagando aunque el negocio se cerrase. Al final, la negociación para poder cancelar ese contrato fue muy desfavorable para la empresa que se había franquiciado.
El consejo que te podemos dar es que inicies el negocio por tu cuenta y riesgo, haciendo previamente un buen plan de negocios. Una vez que el negocio esté funcionando y sepas que la idea es buena y tiene mercado, valora si franquiciarte va a suponer una mejora de algo que ya funciona de por sí; si la franquicia puede ayudar a mejorar, consolidar o potenciar el negocio, firma sobre la base de que tu empresa puede aguantar ese coste.
Si te podemos ayudar en algo más no tengas inconveniente en consultarnos: [email protected].
¡Suerte!