Lesión de rodilla
Hace unos meses me lesioné una rodilla entrenando karate. Me diagnosticaron esguince, pero al seguir con dolores, tras una RM, el resultado es que 20 años después de haberme operado de menisco y LCA (me reconstruyeros el ligamento), parece que el ligamento ha cedido o desaparecido. El médico me indica que debo volver a operarme o quedarme así y dejar el deporte. No obstante, como no tengo inestabilidad, otro doctor me dijo que fortaleciera la pierna y empezara a ejercitarme a ver qué pasaba. De momento, con 39 años, no me apetece operarme de ligamento cruzados, por lo que estoy haciendo pesas, y practicando karate usando rodillera. En general me va bien, sin inestabilidades ni dolores, aunque algunas veces, muy contadas, me da un pinchazo momentáneo, sin inflamación y que no me impide seguir. Sin embargo, tengo la sensación a veces de sentir como una ligera "quemazón" en la cara lateral interior de la rodilla, que fue la zona que me dañé con el esguince (sentí incluso un crujido cuando lo tuve). No resulta dolorosa, pero me preocupa. ¿A qué se puede deber esa sensación? ¿Puedo tomar o ponerme algún producto que me proteja la rodilla de una posible degeneración?
1 respuesta
Respuesta de fisioexpert
1
Gracias por consultar a Fisioexpert y disculpa la tardanza!
Lo que me comentas, es un dilema bastante frecuente en el deporte: una lesión que no resulta del todo invalidante, pero que tampoco permite rendir al máximo.
En tu caso, hay que aclarar que la Resonancia Magnética no es infalible al cien por cien. Lo que te va a decir exactamente cómo están los ligamentos de la rodilla, son unos tests manuales, llamados del cajón, en los que básicamente se valora si con la rodilla flexionada unos 90 grados (también a 20-30 grados), se puede desplazar la tibia hacia delante respecto del fémur.
También para mayor seguridad, se puede hacer una artroscopia, que es una intervención quirúrgica muy poco invasiva y que se puede usar para diagnóstico y tratamiento: te hacen dos cortecitos en la rodilla, introducen unos tubos, y a través de ellos pueden mirar directamente si el ligamento está ahí o no.
Por lo que tu me cuentas, lo que te ocurre es que a base de tono muscular y control postural, consigues controlar más o menos la rodilla, pero en ciertos gestos, te baila un poco, tiene una ligera inestabilidad y por eso te molesta. Esto a largo plazo, puede producirte una lesión grave( la rodilla se te rompe definitivamente) o una serie de peque ñas lesiones en cartílagos y meniscos, por el apoyo incorrecto... o puede que no pase nada.
Realmente estás en el filo de la navaja. Puedes intentar seguir haciendo deporte con la rodillera y fortaleciendo los músculos (recuerda que el cuádriceps tiende a luxar la tibia hacia delante, mientras que los isquiotibiales tienden a sujetar la tibia hacia atrás, ayudando al ligamento cruzado. Por tanto, son estos últimos los que debes reforzar especialmente).
Otros ejercicios muy interesante, son:
-Siéntate en una silla, y apoya el pie en el suelo. Ahora, levanta la punta del pie (deja el talón apoyado), y sin mover la rodilla, gira sobre el talón, de forma que la punta del pie vaya hacia dentro y hacia fuera. Eso te servirá para desbloquear los meniscos y activar la irrigación interior de la rodilla.
-Ponte de pié en equilibrio sobre la pierna afectada. Flexiona ligeramente la rodilla. Mantente en equilibrio un rato (quizá al principio necesites tener delante una mesa o similar, por si pierdes el equilibrio). Cuando veas que mejoras y ya no te cuesta tanto esfuerzo mantener el equilibrio, prueba con los ojos cerrados, que es más difícil.
Otras formas de aumentar la dificultad son: ponerse de pié sobre una almohada, cambiar el grado de flexión de la rodilla, cambiar la posición del cuerpo y los brazos... o una combinación de varias. Hazlo 5 minutos cada día.
En cualquier caso, es imprescindible hacer una exploración completa de la rodilla para poder dar una opinión bien fundamentada. Puedes consultar en www.fisio-sport.com, a ver si nuestra Clínica está cerca de ti. Si no, estoy seguro que en tu ciudad hay gente competente que te podrá atender.
Lo que me comentas, es un dilema bastante frecuente en el deporte: una lesión que no resulta del todo invalidante, pero que tampoco permite rendir al máximo.
En tu caso, hay que aclarar que la Resonancia Magnética no es infalible al cien por cien. Lo que te va a decir exactamente cómo están los ligamentos de la rodilla, son unos tests manuales, llamados del cajón, en los que básicamente se valora si con la rodilla flexionada unos 90 grados (también a 20-30 grados), se puede desplazar la tibia hacia delante respecto del fémur.
También para mayor seguridad, se puede hacer una artroscopia, que es una intervención quirúrgica muy poco invasiva y que se puede usar para diagnóstico y tratamiento: te hacen dos cortecitos en la rodilla, introducen unos tubos, y a través de ellos pueden mirar directamente si el ligamento está ahí o no.
Por lo que tu me cuentas, lo que te ocurre es que a base de tono muscular y control postural, consigues controlar más o menos la rodilla, pero en ciertos gestos, te baila un poco, tiene una ligera inestabilidad y por eso te molesta. Esto a largo plazo, puede producirte una lesión grave( la rodilla se te rompe definitivamente) o una serie de peque ñas lesiones en cartílagos y meniscos, por el apoyo incorrecto... o puede que no pase nada.
Realmente estás en el filo de la navaja. Puedes intentar seguir haciendo deporte con la rodillera y fortaleciendo los músculos (recuerda que el cuádriceps tiende a luxar la tibia hacia delante, mientras que los isquiotibiales tienden a sujetar la tibia hacia atrás, ayudando al ligamento cruzado. Por tanto, son estos últimos los que debes reforzar especialmente).
Otros ejercicios muy interesante, son:
-Siéntate en una silla, y apoya el pie en el suelo. Ahora, levanta la punta del pie (deja el talón apoyado), y sin mover la rodilla, gira sobre el talón, de forma que la punta del pie vaya hacia dentro y hacia fuera. Eso te servirá para desbloquear los meniscos y activar la irrigación interior de la rodilla.
-Ponte de pié en equilibrio sobre la pierna afectada. Flexiona ligeramente la rodilla. Mantente en equilibrio un rato (quizá al principio necesites tener delante una mesa o similar, por si pierdes el equilibrio). Cuando veas que mejoras y ya no te cuesta tanto esfuerzo mantener el equilibrio, prueba con los ojos cerrados, que es más difícil.
Otras formas de aumentar la dificultad son: ponerse de pié sobre una almohada, cambiar el grado de flexión de la rodilla, cambiar la posición del cuerpo y los brazos... o una combinación de varias. Hazlo 5 minutos cada día.
En cualquier caso, es imprescindible hacer una exploración completa de la rodilla para poder dar una opinión bien fundamentada. Puedes consultar en www.fisio-sport.com, a ver si nuestra Clínica está cerca de ti. Si no, estoy seguro que en tu ciudad hay gente competente que te podrá atender.
