Me parece bien tu idea de comer un poquito más en la merienda y en la cena e ir comprobando cuándo llegas a tu peso, incluso deberías comer un poquito más en el resto de comidas diarias. En ese momento, efectivamente, tendrás que parar y controlar durante un tiempo que no engordas más pero deberás hacerlo de forma paulatina, tanto para engordar como para el mantenimiento, para que tu cerebro se acostumbre a las nuevas dietas.
Siguiendo con la idea, lo que se aconseja en tu caso es que aumentes las cantidades de todos los tipos de alimentos, tanto proteínas como hidratos de carbono y grasas saludables. ¿Por qué es así? Pues porque la comida sirve no solo para proporcionar energía sino también para construir. Si estás construyendo músculo, piel, necesitas proteínas. Las grasas son necesarias para conformar las membranas de las células y porque forman parte de hormonas necesarias para nuestro correcto funcionamiento y los hidratos de carbono proporcionarán la energía necesaria para esta construcción. Si no construyes, los hidratos de carbono se almacenarán en el organismo en forma de grasas.
Tipo de proteínas: lo más magras posibles. Puedes tomar pollo, conejo, pescado (todos) y determinadas piezas del cerdo y la ternera, las más magras. También puedes comer huevo. Las legumbres también son una buena opción de proteínas. Debe conformar un 30% de tu plato.
Tipo de grasas: si tomas pescado, aportarás omega 3. Los omega 6 a partir de frutos secos y los omega 9 en el aceite de oliva. Deben formar un 15% del plato, la mayor parte debe ser aceite de oliva.
Tipo de hidratos de carbono: A partir de cereales, frutas y verduras. Deben formar parte de tu plato en un 55% (más o menos). Puedes tomar pasta, mejor que cereales de desayuno azucarados. Si la dejas "al dente" tendrás un buen aporte de hidratos de carbono de absorción lenta. Evita la bollería industrial y el azúcar. Si consumes suficientes frutas tendrás todo el azúcar que necesitas.
En cuanto a la leche, no sé si acostumbras a tomarla, pero contiene un buen aporte de grasas omega 6, azúcares complejos como la lactosa y no sube demasiado la insulina en sangre, que haría que se acumulara grasa de más. Los lácteos, siempre y cuando no sean los llamados "postres lácteos", que contienen mucho azúcar y grasas que no conocemos, son aceptables: yogures enteros sin azucarar, queso blanco, quesos poco curados...
En cuanto a las chacinas, puedes consumir de forma discreta, una o dos veces por semana máximo. Mejor chorizo que salchichón. Las salchichas de pavo o pollo están perfectas, así como el fiambre de pavo o pollo, la caña de lomo, el jamón ibérico. Procura evitar aquellas que lleven mucha grasa: fiambres como la galantina o la sevillana, por ejemplo, pueden llevar hasta un 50% de grasa añadida.
Son buenas las combinaciones de alimentos, por ejemplo, lentejas con arroz, pasta con verduras, tortillas de verduras, mejor que de patatas (si le pones patata a la tortilla tienes que ponerle también otras verduras, como espárragos verdes, cebolla, calabacín, de forma que compenses los hidratos de carbono), pollo con ensalada, ensaladas con huevo, atún y frutos secos...