Es que hasta hace muypoco ha sido una enfermedad un tanto desconocida, en casos muy graves sólo ha resultado la cirugía, con ablación de toda la zona infectada, quitando hasta un milímetro por debajo de las apocrinas más profundas, pero en ocasiones ha sido necesario más profundidad.
Esto conlleva múltiples riesgos, dado que los quirófanos son, por más medidas que se tomen, un reservorio de bacterias. Las operaciones en sí, con riesgo de dispersión séptica de más del 85 % en cualquier caso, hacen de esta alternativa la menos aconsejable,
salvo que el caso sea realmente extremo y con riesgo vital.
En casos leves se aconseja el uso de ropa de algodón, holgada, sin fibras sintéticas,
fomentos de agua caliente, limpieza con antiséptico de uso tópico (es decir de uso externo, sobre la piel) y evitar el consumo de huevo, mariscos y grasas.