La cuestión de "tener más ganas" de estudiar es una cuestión de motivación y no de herramientas. Tus ganas están intrínsecamente ligadas al valor que crees que te aporta. Si ese examen o tema no te aporta nada, estudiar es un esfuerzo, si fuese algo que te apasiona estarías estudiando sin darte cuenta y casi por placer.
La forma de resolverlo por lo tanto pasa por que te replantees un poco tus objetivos:
- O bien te replanteas por qué estudias lo que estudias, encuentras una razón por la que lo haces y te pones a ello por eso mismo
- o bien dejas de estudiar porque efectivamente tienes razón al no querer hacerlo (aprender a forzarte más simplemente no es bueno)
A partir de ahí es posible hacer el estudio más llevadero cuando te resulta difícil o tedioso a través de ciertas herramientas.
La técnica Pomodoro por ejemplo, te permite dividir en bloquecitos lo que tienes que hacer para sentir que avanzas más fácil (y el hecho de dividir en bloquecitos hace que empieces a contar y a jugar con los bloquecitos auto-imponiéndote superarte cada día).
Hay más formas de crear indicadores que te ayuden a motivarte (y a convertir en un juego tu aprendizaje) pero, el elemento definitivo, sin duda es que encuentres la motivación del por qué lo haces. Aprende más rápido y le es más fácil aprender el que ve una serie que le encanta y solo existe en inglés que el que lo hace por una materia del instituto o carrera.
¡Ojo! La motivación puede ser tanto tu pasión por la materia como el querer quitártela de encima de una vez por todas (porque a ti lo que te interesa es el diploma). Pero el hecho mismo de decirte "cuanto más rápido acabe con esto antes me puedo poner a otra cosa que no me aburra" también es una motivación para tener intensidad.
Si quieres más información sobre cómo motivarte en general esto puede ayudarte:
http://www.tecnicasdeorganizacion.com/2013/10/motivarme-al-maximo/