Porque me agobia cumplir años

Tengo aun 23 años, o sea, que soy muy joven y con una larga vida por delante. Pero no se, no se como explicarlo, el hecho de que pase los años y cada vez ver como voy cumpliendo años no me gusta para nada, tengo la sensación de que me esta pasando la vida muy rápido y que cuando cumplo años al poco tiempo ya es de nuevo mi cumpleaños; odio cumplir años.

¿Por qué soy así? ¿Remedios? ¿Consejos?

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Probablemente necesites trabajar en esos sueños, metas o ilusiones que tienes en concretar, puede ser algo que antes no podías cumplir por falta de tiempo, dinero u oportunidades de otra índole, cuando estas satisfecho y pleno con lo que haces la edad y el "cumplir" años es totalmente indiferente. Sugeriría analizar si tienes algo en lo que no hayas trabajado aun y que te gustaría mucho concretar... No es que seas así, simplemente estas pasnado por una etapa por una etapa de reflexión, de sincero cuestionamiento existencial (posiblemente) y es algo muy bueno, de ahí pueden surgir muy buenas ideas y una gratificación personal muy grande! Mil bendiciones y saludos!

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A muchísima gente le pasa lo mismo, a la mitad y a la otra mitad quizás también, aunque no lo reconozcan. Muchos se escudadan frases "hechas" como que "en toda edad se puede aprovechar, etc " O que la vida empieza a los cuarenta, encontraras de todo. Pero casi a nadie, le gusta que pasen los años, los 20/21 es una edad especial, como también la infancia, la adolescencia, a partir de la edad en que ya no se crece, se empieza el proceso lento pero inverso. Pero así están las cosas, no digo que busques una fórmula, de haber algo que te sirva, solo serviría una para vos, y tienes que encontrarla, mientras tanto no hay otro camino que seguir, en la vida no todo es color de rosa, es un mundo materia y energía, lo bueno y lo malo, lo lindo y lo feo, se tiene que convivir con ambas caras de la moneda. Trata de que tu vida tenga sentido, al menos para vos, trata de ayudar y ayudarte, trata de encontrar el porque de tu vida, cosa bastante difícil, pero vale la pena intentarlo. Suerte.

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Desde que cumplí los 20 me pasa lo mismo (ahora tengo 23 también). Pero me di cuenta que no es que odie cumplir años, es que odio mi cumpleaños. Todo viene por una serie de problemas familiares que han ido haciendo que lo odie. Tal vez tendrías que buscar la razón en torno a ello. A veces no es por el hecho de cumplir años, sino por el hecho de que nos vemos solos conforme mas mayores nos hacemos.

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Pues sí. El tiempo, más que correr, vuela. Es lo que tiene. Si no corriera, no sería tiempo. Y aunque lo hace por igual para todo el mundo –un año es un año, al fin y al cabo– la percepción de la velocidad con que transcurre es diferente para cada uno de nosotros.

Tampoco estoy descubriendo aquí ningún secreto misterioso. Todos tenemos la experiencia de que la valoración que hacemos del momento que esperamos determina la vivencia que tenemos del paso del tiempo. Examinemos esto.

A nadie se le escapa que cuando esperamos que ocurra algún acontecimiento deseable en nuestra vida, el tiempo parece dilatarse. Por ejemplo, cuando faltan dos semanas para que llegue nuestro período de vacaciones, parece que las semanas duraran aproximadamente veinte días, y no siete. Y cuando lo que esperamos es que llegue algún momento que no desearíamos que llegase, el tiempo parece contraerse. Por ejemplo, cuando estamos disfrutando al fin de esas ansiadas vacaciones, los días corren que se las pelan. Vamos, que cada día pareciera tener 4 o 5 horas nada más.

Pues bien. Esta vivencia de lo que podríamos denominar el tiempo cotidiano –el que vivimos día a día– se reproduce en lo que podríamos llamar el tiempo vital –el de la duración de nuestra vida.

Y así ocurre que cuando somos jóvenes –adolescentes, más bien– ansiamos la libertad que creemos nos dará el hecho de hacernos adultos, y tenemos la sensación de que ese momento parece no llegar nunca. El fin, la meta, lo que esperamos del futuro, es algo deseable en ese momento, y por ello el tiempo parece dilatarse. No somos conscientes –ni falta que nos hace a esa edad– de que nuestra vida y los yogures tienen algo en común: ambos vienen con fecha de caducidad.

Sin embargo, según los años van pasando, vamos acumulando vivencias, experiencias, van desapareciendo seres queridos y cercanos, maduramos, y poco a poco adquirimos conciencia de aquella coincidencia entre nuestra vida y los productos perecederos: nada es eterno. Por ello, conforme nuestra vida va avanzando y se va acercando a su final, el tiempo parece contraerse y acelerar su paso.

Ya sé que estarás pensando que esto no tiene sentido, ya que ninguno sabemos cuándo llegará ese final a nuestra vida. Es verdad. Pero todos sabemos que, aunque no la veamos, está ahí. Y esa conciencia de que somos finitos, de que no somos eternos, junto con la experiencia del gustito que da estar vivos, hacen que este camino que conduce a nuestra desaparición se haga cada vez más corto.

Pero hay algo más. No sólo vivenciamos el tiempo en función de lo que esperamos, sino también como efecto de lo ya vivido, o sea, “a toro pasado”. En la medida en que yo lleve una vida plena, satisfactoria, en la que despliego todas mis posibilidades, me lleno de experiencias y vivencias que luego podré recordar. Y, al recordarlas, compruebo cuánto ha dado de sí el tiempo, podré recordar un montón de acontecimientos, por lo que las del último año me parecerán estar lejísimos (“mi tiempo” se dilata). Sin embargo, en cuanto me dedique en mi vida simplemente a vivir, a dejar que pasen los días uno tras otro, al volver la vista hacia el pasado, lo encuentro vacío y, por tanto, careceré de ningún recuerdo que ponga hitos en mi periplo vital. En este caso, no recordaré nada que me parezca digno de recordar y por eso diré que “parece que fue ayer cuando..." Un ejemplo: ¿verdad que cuesta muchísimo recordar lo que hemos comido ayer, pero no lo que comimos aquél día en aquél sitio en que la comida estaba tan buena, o fue tan cara, o…? Es que todos los días comemos para sobrevivir, pero de vez en cuando comemos para disfrutar (aunque a veces nos salga el tiro por la culata), y éstas últimas son las comidas que recordamos…

En fin. Que cuando llegue ese momento en el que te asalta esa impresión de que el tiempo corre como si fuera un ladrón huyendo del banco que acaba de atracar, detén tus lamentaciones, reflexiona, piensa, examina, analiza: ¿qué me queda por hacer? ¿Qué espero de mi vida? ¿Qué estoy haciendo con mi vida? Verás como el simple ejercicio de intentar responder a esas preguntas te ayuda más que lamentarte por lo inevitable del paso del tiempo.

Por cierto que habrás notado que he evitado muy cuidadosamente utilizar la palabra “muerte”. No es por nada. Simplemente es una cuestión esta de la muerte que tiene mucha tela que cortar y a la que habría que dedicar mucho tiempo y espacio (bueno, en principio a la cuestión de hablar de la muerte, porque a la de morirme me dedicaré en cuerpo y alma en algún momento, me guste o no…).

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amig@, te diría una cosa respecto a lo que planteas.

Creo que tu origen de tus sentimientos ante la situación reside en esa sensación de que te estas haciendo mayor, no queriendo crecer, también mentalmente, negsndote a aceptar que las cosas cambian y que ya no es todo como antes.

Estas etapas pasan y es cierto que cuando te haces mas mayor tienes la sensación de que todo va mas deprisa, como que el día pasa sin darnos cuenta.

Todo esto es normal, vamos madurando a través de las experiencias y eso es lo que nos ocurre, queremos mantenernos en una edad eternamente pero eso es imposible, crecemos, maduramos y tenemos nuevas experiencias.

Te diria que aceptes la edad que tienes, las cosas cambiarns en tu vida y vivirás otras situaciones muy gratificantes que te harán madurar

Creo que la clave para estar bien es vivir el día a día sin pensar mucho en el futuro, no esperando a que las cosas pasen, pero si a que las cosas ocurran y nos guste lo que hagamos.

Creo que ahí reside la clave de la felicidad, hacer los que queremos y lo que nos gusta.

Un abrazo

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Es normal, me pasa lo mismo, en vez de ser un año más de vida es un año menos, solo queda aceptarlo, ser mejores personas, vivir con tranquilidad y eso.. y no habrá nada de que arrepentirse...

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