No existen síntomas específicos cuya presencia permita confirmar por sí misma la existencia de infección por el VIH.
El diagnóstico definitivo de la infección solo puede establecerse por métodos de laboratorio, ya que en ningún caso las manifestaciones clínicas son lo suficientemente específicas.
Ni la presencia de síntomas confirma el diagnóstico de infección por VIH, ni su ausencia lo descarta. Esto sólo lo hace la prueba.
La convivencia diaria con una persona VIH + no conlleva riesgo de transmisión.
Por el contacto cotidiano con una persona VIH+, ya sea en el trabajo, escuela, contacto social, familiar, etc., no se transmite el VIH. Por lo tanto, no se transmite por compartir platos, comidas, beber del mismo vaso, toser, estornudar, tocarse, besarse, acariciarse o darse un masaje, duchas, piscinas, alimentos, objetos, baños, aseos, lugares públicos en general.