Esa sí que es una potente droga. Usualmente los efectos son pulso rápido, percepción deformada, ansiedad o pánico, sentimientos de poder o importancia extraordinarios. Muchas personas pierden la vida bajo el efecto de ella. El libro Mind Drugs (Drogas mentales) contiene el relato de una joven que, después de haber tomado LSD, saltó a su muerte en una playa rocosa porque el mar abajo tenía para ella la apariencia de un pañuelo sedoso. También está el caso de los jóvenes que querían ‘hacerse uno’ con el tráfico en una calle muy transitada. Y se relata acerca del estudiante a quien hubo que restringir para que no saltara por la ventana de su apartamento porque quería demostrar su recién adquirida capacidad para el vuelo. Es larga la lista que cuenta de los que se han suicidado o han perpetrado crímenes terribles después de haber usado LSD.
Además del efecto directo de las sustancias químicas en sí mismas, muchas veces al administrar las drogas se emplean agujas hipodérmicas no esterilizadas, lo cual añade peligros de tétano, flebitis, hepatitis e inflamación de la superficie interna del corazón y sus válvulas. Además, tarde o temprano, si una persona se envicia con las drogas o depende de ellas, se halla en la compañía de elementos criminales y en vecindades peligrosas al ir en busca de fuentes para sus drogas. Todo esto constituye una amenaza a su salud y vida.
Tal vez ese no sea el caso de tu novio pues dices que él la usa de manera responsable, sin embargo es tanta la ansiedad que un poquito puede causar que tal vez un día pierda el control y luego viene lo lamentable. ¿Cómo podrías ayudarlo?
La mejor manera que te puedo recomendar es animarlo a meditar en el consejo de Jesús cuando señaló cuál es la clave de la verdadera felicidad, puede cambiar nuestra manera de ver las cosas. Dijo: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3). Solo seremos verdaderamente felices si damos los pasos para satisfacer nuestra mayor necesidad: la sed de saber la verdad sobre Dios y sobre su propósito para nosotros. Esa verdad se encuentra en la Biblia, y conocerla nos ayuda a determinar lo que es realmente importante y lo que no. Cuando dejamos que la Biblia guíe nuestras decisiones y nuestros actos, la vida cobra más sentido. Fíjate como en otra ocasión afirmó: Pero él dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:28).
Vean juntos el siguiente vídeo que me ayudó mucho http://www.jw.org/es/video-por-qu%C3%A9-estudiar-la-biblia/
Muchas gracias por tu tiempo, María. Espero que sigas ayudando a tu novio a ver lo peligroso de usar esa droga. Dale mis saludos y espero saber qué hiciste.