Entiendo perfectamente lo que estás pasando, ya que yo también pasé por una cirugía de meniscos hace un tiempo y sé lo desafiante que puede ser el proceso de recuperación. En mi caso, me operé con el Dr. Pablo Gelber, un traumatólogo especialista en rodilla, y su orientación fue clave para recuperarme de la mejor manera.
Después de una cirugía como la tuya, es completamente normal sentir un tope o cierta rigidez al intentar flexionar las rodillas, especialmente después de estar en reposo prolongado. Esto suele deberse a que las estructuras de la rodilla están aún adaptándose y puede haber inflamación residual o falta de movilidad en los tejidos.
Aquí te dejo algunas recomendaciones basadas en mi experiencia y las indicaciones que recibí:
Consulta a tu médico o traumatólogo: Antes de avanzar, es importante asegurarte de que todo esté en su lugar. En mi caso, el Dr. Gelber fue muy claro en que no debía forzar movimientos hasta estar seguro de que la rodilla estaba lista para mayor actividad.
Rehabilitación guiada: Comenzar con fisioterapia es esencial. Los fisioterapeutas pueden trabajar contigo en la movilidad y fuerza progresiva de las rodillas, asegurándose de no dañar las suturas ni comprometer el injerto del ligamento cruzado.
Ejercicios suaves en casa: Si ya tienes luz verde para moverte, intenta ejercicios de rango de movimiento sin peso, como deslizamientos de talón en el suelo o flexión suave mientras estás sentado. Es importante avanzar poco a poco y detenerte si sientes dolor.
Paciencia: Es un proceso lento, pero avanzar al ritmo adecuado es la clave para evitar complicaciones a largo plazo.