No solo pueden, sino que deben, ya que tienen la obligación de cuidarte y educarte.
Tú puedes elegir el mal, pero esta elección no sería libertad, sino que abuso de la libertad.
No solo debes mirar por el bien de tu novia, sino que también por su honra. Fíjate que si vas a un sitio como el que dices, esa fechoría quedará registrada, y puede ser visto por cualquiera.
Tú no te vas a desarrollar de la mejor manera si sencillamente te dejas llevar por los instintos sin más, sino que te desarrollarás, si te guías por la razón, por el amor de verdad, sometiendo a esto, todo lo demás.
Te recomendaría no vivir para ti mismo, sino que pensar en hacer el bien de verdad, estar en gracia de Dios, y cumplir los Mandamientos de Dios y de la Iglesia. Y ayudar a tu novia a lo mismo. Ayuda a tu novia a ser la mejor persona posible. Si estás pensando en el matrimonio, os tenéis que esforzar en el amor de verdad, con sus exigencias. De otro modo, ¿cómo crees que se llegará al matrimonio?, ¿Preparado para afrontar lo que surja, tanto de ordinario, como de extraordinario, o tan débil que uno piensa en desertar a la primera de cambio?
No vas a encontrar ninguna felicidad en hacer lo que Dios te prohíbe (y que ya ves que a tus padres no agradaría), sino que al contrario, te sería arrebatada, aunque el pecado siempre tiene una parte de malicia y otra de engaño; siempre es un engaño, ya que te muestra su cara más agradable, ocultando sus peores consecuencias.
Tú, ya que eres mayor de edad, puedes entender que tu obligación es obedecer a tus padres, en todo lo que manden para tu bien y el de tu familia, mientras dependes de ellos. Claro que puedes desobedecerlos culpablemente, y todo por querer obedecer a una cierta moda pasajera dictada por quien quiere degradar al ser humano, precisamente en su dignidad y capacidad para amar de verdad. Lógicamente., cuanto más te dejes llevar meramente por tus instintos y apetencias vanas o desordenadas, más débil y manipulable serás, para ciertos intereses.
Dios te ha dado el libre albedrío, la capacidad de elección entre el bien y el mal, precisamente para poder elegir con tu propia voluntad el bien, para poder amar de verdad.
No solo pueden, sino que deben, ya que tienen la obligación de cuidarte y educarte.
Tú puedes elegir el mal, pero esta elección no sería libertad, sino que abuso de la libertad.
No solo debes mirar por el bien de tu novia, sino que también por su honra. Fíjate que si vas a un sitio como el que dices, esa fechoría quedará registrada, y puede ser visto por cualquiera.
Tú no te vas a desarrollar de la mejor manera si sencillamente te dejas llevar por los instintos sin más, sino que te desarrollarás, si te guías por la razón, por el amor de verdad, sometiendo a esto, todo lo demás.
Te recomendaría no vivir para ti mismo, sino que pensar en hacer el bien de verdad, estar en gracia de Dios, y cumplir los Mandamientos de Dios y de la Iglesia. Y ayudar a tu novia a lo mismo. Ayuda a tu novia a ser la mejor persona posible. Si estás pensando en el matrimonio, os tenéis que esforzar en el amor de verdad, con sus exigencias. De otro modo, ¿cómo crees que se llegará al matrimonio?, ¿Preparado para afrontar lo que surja, tanto de ordinario, como de extraordinario, o tan débil que uno piensa en desertar a la primera de cambio?
No vas a encontrar ninguna felicidad en hacer lo que Dios te prohíbe (y que ya ves que a tus padres no agradaría), sino que al contrario, te sería arrebatada, aunque el pecado siempre tiene una parte de malicia y otra de engaño; siempre es un engaño, ya que te muestra su cara más agradable, ocultando sus peores consecuencias.
Tú, ya que eres mayor de edad, puedes entender que tu obligación es obedecer a tus padres, en todo lo que manden para tu bien y el de tu familia, mientras dependes de ellos. Claro que puedes desobedecerlos culpablemente, y todo por querer obedecer a una cierta moda pasajera dictada por quien quiere degradar al ser humano, precisamente en su dignidad y capacidad para amar de verdad. Lógicamente., cuanto más te dejes llevar meramente por tus instintos y apetencias vanas o desordenadas, más débil y manipulable serás, para ciertos intereses.
Dios te ha dado el libre albedrío, la capacidad de elección entre el bien y el mal, precisamente para poder elegir con tu propia voluntad el bien, para poder amar de verdad.