Ningún mero cambio exterior te llevará a solucionar el tema, y, como ves, éste puede empeorar, y lo hará independientemente de cualquier estrategia meramente exterior.
Lo que te recomiendo es aprovechar esta acontecimiento que te contraría, digamos que esta prueba con la que te encuentras, para depurar tu intención.
Como dices, no querías meterte en problemas, y esto no ha hecho más que empeorar el problema.
La depuración de la intención, logrando vivir el amor de verdad, poniendo los medios para ello que ahora te diré, también te llevará a no darle tanta importancia a lo que digan de ti, como si eso fuera el baremo de tu actuación, cuando no es así, sino que será lo que sea en sí misma, la rectitud de intención por la que se haya guiado.
No es extraño ante una dificultad tener una reacción emocional de verla meramente como un fastidio, mientras se piensa meramente en los intereses particulares propios o de un pequeño grupo de allegados, refiriéndose en este caso a meros intereses temporales, sin profundización alguna. Y para afrontar mejor la situación no hay que verla según los meros intereses particulares, sino que hay que verla según el bien de verdad, que engloba a todos; es decir hay que pensar en el bien de verdad de todos los implicados, siempre con conducta correcta en sí.
Los medios para hacer esto, tanto permanentemente, como cuando la situación requiera un cierto heroísmo, consiste en estar en gracia de Dios, ayudándose de los Sacramentos, y también, al menos preferiblemente, de la oración.
Como cosas concretas te recomendaría no comentar en absoluto el asunto (me refiero sobre todo a la posibilidad de comentarlo con esa otra chica), sólo debiendo hacerlo si considerases (lo cual no creo que sea el caso, al menos de momento) que fuese pensando en un bien de verdad, no en alimentar pasiones de supuesto desahogo, etc., que no dejarían de estar mal encaminadas, y de lo que no se esperaría beneficio real alguno.
El no hablar del tema, ya hará que no le des tanta importancia; no pienses tampoco en lo que pudieran pensar de ti, pasando también a encaminarte al bien de verdad de todos en esta situación, ya que tampoco les viene bien a tus compañeros el dejarse llevar por meras críticas.
Y también si has dejado de hablar con ella, o la has ignorado, la recta intención te dirá que puedes hacer ahora, como, por ejemplo, comenzar por decirle algo aunque sea brevemente, y sobre todo si es necesario para el trabajo, no esperando ninguna respuesta especial por parte de ella, sino que haciendo tu parte, y mejorando tu parte, que, sin duda, si es buena, actuará, aunque por supuesto que no garantiza ciertos resultados en lo que depende de otra persona, pero sí te garantiza a ti el afrontarlo de la mejor manera posible, y verlo de otra manera, responder bien en las pruebas, etc.