Una ruptura puede hacer daño a las dos personas, María. Puede que sea un poco difícil superar los sentimientos que afloran después, sin embargo es posible seguir adelante con tus actividades cotidianas y recuperar tu salud psicoemocional, mental y sobre todo espiritual. Es muy importante que te concentres en recuperarte en esos aspectos. Como fue él quien decidió terminar, tus sentimientos han sufrido un revés muy grande, de ahí que te sientes tan mal, estás pasando por una etapa de negación, ira, negociación, depresión y aceptación, siendo esta última la más difícil. Todo eso es lo que te ha hecho sentir desanimada y triste como dijo un escritor de la Biblia, “un espíritu que está herido seca los huesos” (Proverbios 17:22).
¿Qué puedes hacer para sentirte mejor? Lo rimero es concentrarte en tus virtudes y puntos fuertes y mejorarlos. Recuerda que la vida debe seguir adelante. De cada situación debemos aprender lecciones para ser mejores y tú puedes lograrlo. Aprende de lo que pasó. Otro proverbio de la Biblia dice así: “Adquiere sabiduría, adquiere entendimiento” (Proverbios 4:5). Las malas experiencias te sirven para conocerte mejor y te permiten ver cómo reaccionas ante las decepciones.
Haz cosas por otros. La Biblia da este consejo: “No estén vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás” (Filipenses 2:4). Mientras más te esfuerces por ayudar a otros, más rápido verás las cosas con claridad. Siempre hay alguien cercano a nosotros que está sufriendo más y necesita de nuestra ayuda. Piensa a tu alrededor cuál de tus familiares, amigas o amigos, compañero de trabajo o escuela, vecino de confianza, en fin piensa en todos los que conoces y verás que alguien está en una situación similar o peor. Mira lo que dijo una amiga de mi esposa.
“Una ruptura puede parecer el fin del mundo, y el sufrimiento es peor que el del dolor físico. Pero lo cierto es que acabas recuperándote. En mi caso, el tiempo curó las heridas”
Junto a todo eso, te recomiendo meditar en el consejo de Jesús cuando señaló cuál es la clave de la verdadera felicidad, puede cambiar nuestra manera de ver las cosas. Dijo: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3). Solo seremos verdaderamente felices si damos los pasos para satisfacer nuestra mayor necesidad: la sed de saber la verdad sobre Dios y sobre su propósito para nosotros. Esa verdad se encuentra en la Biblia, y conocerla nos ayuda a determinar lo que es realmente importante y lo que no. Cuando dejamos que la Biblia guíe nuestras decisiones y nuestros actos, la vida cobra más sentido. Fíjate como en otra ocasión afirmó: Pero él dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:28).
Lo lograrás con solo dedicar 5 minutos diarios a leer la Biblia. Anda María, no te des por vencida, se valiente, tienes mucho para dar a otros aun, recuerda que la vida es un valioso regalo y debemos valorarla, vale la pena seguir aprendiendo y viviendo.