El ruido de la caldera, o “turbulencias”, está ocasionado por varios motivos posibles, que pueden dividirse entre factores químicos y mecánicos. Factores químicos Y Espuma
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La espuma formada en el agua del sistema reduce el contacto entre el agua y el intercambiador de calor, con lo cual se genera un sobrecalentamiento. La espuma responsable de dicho calentamiento puede haberse producido por varios agentes, como un exceso de decapante, sólidos en suspensión u otros contaminantes.
Existe un mito falso que dice que los detergentes de fregar platos minimizan el ruido de la caldera, y de hecho ha habido quien ha puesto un poco en sus sistemas de calefacción central, sin darse cuenta de que en realidad lo que esto hace es generar espuma, una de las principales causas del ruido de la caldera. También produce niveles altos de cloruros corrosivos.
Depósitos
Los depósitos son unos aislantes excelentes y un aislamiento parcial del intercambiador de calor puede ocasionar una distribución del calor menos homogénea, así como el correspondiente ruido de la caldera. Cuando hablemos de depósitos en sistemas de calefacción central normalmente nos referimos a residuos de la corrosión o películas finas de depósitos calcáreos.
En zonas de aguas duras, la cal se forma en la parte más caliente del sistema – la superficie del intercambiador de calor – generando una costra fina y discontinua que hace aumentar las temperaturas de transferencia de calor por encima de las especificaciones del diseño a otras partes de la superficie del intercambiador de calor. Esto genera turbulencias.
Factores mecánicos
Presión del quemador de gas
Cuando una caldera de gran capacidad se instala con un sistema pequeño se produce un desajuste, la caldera completará rápidamente el ciclo y el intercambiador de calor no podrá disipar el calor. Esto se traduce en una ebullición localizada, con el consiguiente aumento del ruido de la caldera.
Configuración del caudal
Un caudal incorrectamente adaptado a los cálculos de la instalación puede restringir la disipación de calor en la caldera, lo que resulta en una ebullición local y por lo tanto turbulencias.
Termostato
Si el termostato de la caldera no funciona correctamente, debe sustituirse para asegurarse de que no se produce sobrecalentamiento.
Diseño del sistema
Si hay válvulas termostáticas de radiadores instaladas en cada radiador, esto puede hacer que la caldera complete el ciclo rápidamente y se sobrecaliente.
Si el tamaño y la instalación de la entrada de agua de alimentación fría y las tuberías de las válvulas abiertas son incorrectos, esto puede resultar en un desequilibrio en el sistema.
Fallos en las piezas de fundición
En los intercambiadores de calor de hierro fundido, un fallo de fundición puede promover una transferencia no uniforme de calor y, como resultado, un sobrecalentamiento localizado.