Qué son las humedades de condensación.
Las humedades de condensación son aquellas que se producen en las viviendas debido a un exceso de humedad en el ambiente y a la posterior condensación de esta humedad ambiental en los puntos más fríos de los cerramientos.
Aunque el origen es el mismo las humedades de condensación se pueden manifestar de diferentes formas:
– Colonias de hongos o moho en las paredes, en forma de manchas negras o brillantes.
– Condensación de agua en las ventanas y moho en el perímetro de éstas.
– Moho en ropa y calzado (sobre todo en prendas de cuero).
– Normalmente con un fuerte olor a humedad en general.
Causas que provocan humedades de condensación
Las causas por las que se producen las humedades por condensación son varias:
– Las paredes pueden tener un menor aislamiento del necesario, con puentes térmicos en pilares y forjados (sobre todo en edificios antiguos y anteriores a la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación), lo que provoca la aparición de hongos y manchas en esos puntos fríos de las fachadas. Lo ideal es que Los muros y techos cumplan con un coeficiente de transmisión térmica U inferior a 0,85 W/m2 K. Otro punto típico donde aparecen las humedades de condensación es en las ventanas: el metal es muy buen conductor de temperatura por lo que si las ventanas no disponen de rotura de puente térmico en invierno los marcos estarán muy fríos y provocarán la condensación de la humedad ambiental. Debemos tener en cuenta que en un dormitorio cerrado en el que duerman dos personas esta condensación puede llegar hasta el punto de que por la mañana encontremos un pequeño charco bajo la ventana.
Humedades de condensación.
– Ausencia de calefacción o mala instalación de la misma (por ejemplo estufas de butano)
– Otra causa frecuente son las viviendas excesivamente herméticas, que no pueden “transpirar” lo suficiente para que exista una correcta ventilación. La mayor parte de las veces, no obstante, la causa no es tanto un exceso de «hermetismo» como una inadecuada ventilación.
Cómo solucionarlas…
Para solucionar este tipo de humedades existen varios métodos, pero nosotros siempre recomendamos probar el más sencillo y económico… una adecuada ventilación.
Hay que tener en cuenta que el aire que no circula se va cargando de humedad gradualmente, ya que nosotros mismos somos una fuente de humedad (cada vez que respiramos). Deberemos, pues, abrir diariamente las ventanas para ventilar, sobre todo en aquellas zonas propensas a sufrir condensación.
Sin embargo, no hace falta tener abierto medio día, con cinco o diez minutos suele ser suficiente. Y tampoco hay que preocuparse en invierno, ya que la temperatura que se pierde teniendo abiertas 10 minutos las ventanas se recupera muy rápidamente al cerrar, ya que la compensa la inercia térmica de la vivienda. En los cuartos sin ventana al exterior (como ocurre en muchos baños, por ejemplo), es muy recomendable instalar una rejilla de ventilación si es posible o un sistema de extracción mecánica.
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Por otra parte existen sistemas de ventilación mecánica por impulsión, que introducen aire del exterior, lo filtran, lo calientan y a través de una serie de acciones correctoras en toda la vivienda (facilitando unos orificios de salida) permiten una ventilación continúa que hace desaparecer el exceso de humedad del ambiente.
Además, es recomendable limpiar con productos fungicidas las zonas afectadas por la aparición de moho y hongos, pintando posteriormente con pinturas adecuadas.
Una vez realizada la instalación de estos sistemas mecánicos es conveniente mantener siempre la vivienda a temperaturas estables, entre 18º y 21º, ya que si hay cambios bruscos de temperaturas aumentan las probabilidades de que aparezcan de nuevo humedades de condensación.
Para evitar tanto desperfectos en el hogar como problemas de salud es recomendable que la humedad ambiente esté comprendida, en general, entre el 40 y el 60%.