¿Cuándo reparar nuestra caldera de gas?
Cuando lo que esté ocasionando el problema en nuestra caldera sea la suciedad de la misma. Puede que simplemente tengamos alguna pieza demasiado sucia: las bujías, quemador, el ventilador… y que esta haga que la caldera no funcione correctamente. Si es el caso, acudiendo a un técnico de calderas que realice una limpieza del aparato ya tendríamos el problema solucionado y a un coste no demasiado elevado.
Si nuestra caldera ha dejado de funcionar por avería de una o dos piezas pero tenemos un diagnóstico de que el resto de componentes del aparato están en buen estado y la combustión es correcta. Antes esta situación, siempre debemos valorar si el coste de arreglar la caldera va a ser más elevado que el de comprar una nueva. Lo habitual es que cambiar una o dos piezas no sea una reparación cara y, si además el resto funciona correctamente es una pena deshacernos de la caldera. La mejor opción suele ser repararla.
Cuando vamos a poner nuestra vivienda en venta o alquiler. Si nuestra caldera está averiada y tenemos intención de vender o alquilar nuestra casa, la mejor opción es repararla para ofrecerla al futuro comprador o arrendatario en buenas condiciones. Ese gasto acabaremos amortizándolo con lo que percibamos de la venta o alquiler y no habremos tenido que hacer una inversión mayor en una caldera nueva que no vamos a utilizar.
Cuando tenemos una caldera en nuestra segunda vivienda a la que damos poco uso pero está limpia y revisada. Así es, en ocasiones tenemos una segunda casa a la que solemos ir solo en periodos vacacionales o fines de semana aleatorios. Si un día nos encontramos con que la caldera está averiada, pero sabemos a ciencia cierta que está limpia y cumple las revisiones pertinentes, desde ClimátiCO aconsejamos repararla y no comprar directamente una nueva si, además, no solemos utilizarla de forma muy continuada.
Si ya contamos con una caldera de condensación moderna y eficiente, que nos ofrece buenas prestaciones, aconsejamos siempre reparar antes de comprar una nueva. Debemos pensar que, si ya tenemos un aparato de una relación calidad-precio óptima, lo más probable es que no vayamos a conseguir una caldera con mejores condiciones y lo más adecuado será quedarnos con la que tenemos.
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¿Cuándo comprar una nueva caldera de gas?
Uno de los motivos principales y lógicos a la hora de decidirse por cambiar de caldera en lugar de reparar la que ya tenemos es el coste de la reparación. Obviamente, si esta nos va a suponer un gasto prácticamente igual que el de comprar una caldera nueva, merece la pena optar por un aparato nuevo. Sin embargo, hay otro motivo también relacionado con el coste de la reparación y en el que no solemos pararnos a pensar.
¿Nuestra caldera tiene fácil acceso para el técnico? En ocasiones, la caldera está instalada de tal forma que el técnico tiene dificultades para acceder a piezas concretas o directamente es casi imposible que llegue a ellas sin desmontar el aparato totalmente, sacarla de su sitio y volver a colocarla. ¿Qué supone esto? Además de aumentar el tiempo de reparación y, por tanto encarecerla, el técnico acabará realizando la misma operación que si hubiese quitado la caldera averiada y hubiese instalado una nueva.