Tramites para compra de un terreno rustico

Lo primero es localizar el terreno en venta, a través de vecinos de la zona, anuncios... y a malas, una inmobiliaria.
Si el precio te convence, se puede firmar un contrato de arras, en el que se paga un adelanto que compromete comprador y vendedor, fijando las condiciones de la compraventa (precio final, plazos para finalizar la compra, compromiso de que la finca está libre de cargas por parte del vendedor, compromisos si no se finaliza la compraventa...). La cantidad entregada es a cuenta del precio final, y el propio contrato de arras puede hacer de recibo si se especifica.
Según se acuerde, quien pague los gastos notariales designará un notario de la zona que será aceptado por el otro. Si la operación se realiza a través de un préstamo hipotecario, el banco suele gestionarlo todo. Si no es así, en la notaría te dirán los documentos necesarios e incluso gestorías para realizar todos los trámites que van asociados a la compraventa. Ellos pedirán los informes para comprobar que sobre la finca no pesa orden de embargo u otras cargas que imposibiliten su venta. Si la venta no pudiera llevarse a cabo, lo normal es que se haya hecho constar en el contrato de arras que el dinero entregado se devolverá, incluso con una compensación, y la forma y plazo en que se devolverá.
No está de más asegurarse en el ayuntamiento de la situación de la parcela, por si hubiera previsión de hacer algo como ampliación de caminos o carreteras, autovías, lineas de tren o infraestructuras que llevarían finalmente a la expropiación u obligación de cesión de parte del terreno, aunque no suele ser el caso.
Esto es a grandes rasgos los pasos a seguir, pero lo mejor es acercarse a un par de gestorías que lleven estos temas para que te asesoren mejor en cuanto a plazos e incluso te faciliten el modelo de contrato de arras.