No importa nada que sean tres contra una.
Con que fuera una contra 18, las leyes protegen el derecho de cualquier heredero a disfrutar de su herencia.
Así pues, tienen ustedes parte del piso y otra parte es propiedad de la segunda esposa.
Aparte, el usufructo vitalicio.
No se cuando adquirió su padre el piso ni en que condiciones, así que imaginando que sea solo de él, (lo cual no es muy normal), la heredera universal queda propietaria de una tercera parte y las otras dos terceras partes las comparten las tres hijas.
Si tienen que llegar a juicio, no se preocupen por el tema del usufructo ya que este es valorable. El juez, calcula y ordena una indemnización.
No se comollevan las cosas, (tal vez me meta donde nadie me llama), pero les voy a dar algunos consejos.
Lo primero que las herencias hay que aceptarlas ante notario. (No se si ya lo han hecho).
Si la aceptan tal como está, van a tener ustedes problemas en el futuro, que ni se imaginan.
La ley les permite llegar a un acuerdo previo y no tienen obligación de aceptar el proindiviso y repartirse a base de unos tantos por cientos. (Lo cual es un atraso, y en su caso, es una trampa mortal).
Les recomiendo que se lean un artículo que pueden buscar en GOOGLE y que se llama: "proindiviso, la manzana de la discordia".
Les explicará muy bien cual es su situación y los caminos, problemas y soluciones.
De todas formas, decirles que la solución que usted apunta de solicitar la venta judicial del piso, es una mala idea. (Malísima), Muchos gastos, larga en el tiempo, y el final es la venta en pública subasta de la vivienda. (Que además, nunca se vende por más de la mitad de su valor real).
Sinceramente la mejor solución es el acuerdo entre las partes.
En caso contrario, si no queda más remedio... pues a juicio.
Porque si no van ajuicio ahora, tendrán muchísimos problemas y al final, sus hijos serán los que tendrán que renunciar a la propiedad o llevar el tema a juicio contra los futuros herederos de esta señora. Que pueden ser dos, tres ... cinco... y si difícil es negociar con una, imagínese negociar con cinco.
Bueno, pues un saludo y les deseo suerte.
HASTA OTRA.