Convivencia perro-gato

Para conseguir una buena convivencia entre tu perro y tus gatas, debes por lo pronto conconer las diferencias que existen entre la conducta de estas dos especies y aceptarla. Los perros son sociales y más fáciles de educar, con los gatos lo vas a tener un poco más difícil, ya que son mucho más independientes como sabrás.
Si los acostumbramos desde cachorros a su mutua presencia, es decir, los socializamos correctamente y los educamos para convivir, la adaptación será mucho más fácil. Desde cachorros aprenden de sus padres y congéneres, y por supuesto del ambiente que los rodea lo que condicionará su comportamiento de adulto. Nosotros los humanos, formamos parte de dicho ambiente. Pero está claro que debemos enseñarles a vivir en este nuevo escenario, porque la impronta genética trasmite muchas cosas.
En tu caso, al ser ya las dos gatas adultas, se te presenta un problema mayor. La primera vez que se ven, suele ser decisiva, aunque por le dices, ya ha pasado ese momento. Cuando vayas a ponerlos juntos, intenta que las gatas hayan comido, un buen momento es al final del día, que están cansadas y tranquilas. Si responden pacíficamente, premialas, hazles ver que te gusta su actitud, y si intentan arañarle, diles un NO alto y contundente. No seas demasiado brusco o le cogerán mania para siempre... que le bufen es normal, y si no llegan a mayores, no tendrás mayor problema, y poco a poco irán acostumbrándose y aceptando al nuevo inquilino. Consejos: recorta las uñas de tus gatas para evitar daños si se produce la agresión. Evita que el cachorro moleste con sus juegos a las gatas. Separa sus comidas bastante, no les pongas de comer cerca el uno de las otras. También intenta ser equitativo con las caricias, e trata de estar presente en sus primeros encuentros. Trucos: Acaricia el lomo de las gatas, y luego acaricia el tu perro, y viceversa, que vayan reconociendo sus olores. Si tienen manta para dormir, intercambialas, para esto mismo de los oleres que te digo.
Suerte y paciencia!