Como corregir a mi hijo de 3 años 6 meses
Tengo dos niños, 1 niña de 8 años y mi niño de 3 años 6 meses, es un niño muy querido, pero demasiado caprichoso, mi esposo me dice que yo soy la culpable porque lo consiento mucho. Me ha hecho muchos berrinches y para mi la solución no es pegarle, pero mucha gente me dice que a veces si es necesario, siento que a estas alturas como se comporta verdaderamente lo estoy echando a perder como por ahí dicen, pero no se que hacer. A veces me grita lo regaño, se calma pero al rato sigue igual, quiere que las cosas se hagan a su modo, el mandar, su papa si le pega pero igual a veces hace caso y otras no. De nuevo repito no se que hacer. Dentro de poco entrara al kinder y no se que es lo que va a pasar, en la guardería donde esta las maestras me dicen que se porta muy bien, si esta con sus abuelos igual, aunque a veces si es muy travieso, díganme si estoy a tiempo de corregirlo y como.
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Por supuesto que estás a tiempo de corregirlo!
En primer lugar, establece una serie de rutinas que se sucedan a diario: a la hora de comer, nos lavamos las manos, ponemos la mesa, nos sentamos y comemos. Por la noche, recogemos los juguetes, nos bañamos, cenamos, leemos un cuento y a dormir. El objetivo es que él haga todas esas cosas solo aunque con nuestro acompañamiento. Debe comer solo, vestirse y desvestirse, recoger los juguetes, poner la ropa sucia en la cesta, bañarse con supervisión, etc. Con esto, además de fomentar su autonomía, establecerás una serie de normas: su cumplimiento aunque sea aproximado debe ser reforzado con atenciones, diciéndole lo mayor que es y la de cosas que sabe hacer solo. Es muy importante reforzar sus logros o aproximaciones, nuestra atención es el refuerzo más eficaz (por eso a veces no funciona regañarle o pegarle pues con ello también se le está prestando atención. Cuando se niegue a cumplir esas normas, se le ignora, sales de la habitación donde estés, y no le haces caso ni le contestas, haciéndole saber claramente lo que tiene que hacer para que le atiendas: cuando dejes de llorar te escucharé, cuando recojas los juguetes hablaremos,... y aprovechar siempre a ayduarle sólo cuando deje de llorar o empiece él a recoger o a vestirse. Cuando te grite, auséntate de la habitación y atiéndele enseguida que deje de gritar. Cuando coja rabietas, lo mismo, ignórale, no te enfades, simplemente deja de hacerle caso, y cuando se dirija a ti llorando y gritando dile sólol que le escucharás cuando se tranquilice y deje de llorar.
Con constancia, reforzando mucho los pequeños logros e ignoréndole cuando se niega o se enrabieta, conseguirás que él cambie de actitud.
En primer lugar, establece una serie de rutinas que se sucedan a diario: a la hora de comer, nos lavamos las manos, ponemos la mesa, nos sentamos y comemos. Por la noche, recogemos los juguetes, nos bañamos, cenamos, leemos un cuento y a dormir. El objetivo es que él haga todas esas cosas solo aunque con nuestro acompañamiento. Debe comer solo, vestirse y desvestirse, recoger los juguetes, poner la ropa sucia en la cesta, bañarse con supervisión, etc. Con esto, además de fomentar su autonomía, establecerás una serie de normas: su cumplimiento aunque sea aproximado debe ser reforzado con atenciones, diciéndole lo mayor que es y la de cosas que sabe hacer solo. Es muy importante reforzar sus logros o aproximaciones, nuestra atención es el refuerzo más eficaz (por eso a veces no funciona regañarle o pegarle pues con ello también se le está prestando atención. Cuando se niegue a cumplir esas normas, se le ignora, sales de la habitación donde estés, y no le haces caso ni le contestas, haciéndole saber claramente lo que tiene que hacer para que le atiendas: cuando dejes de llorar te escucharé, cuando recojas los juguetes hablaremos,... y aprovechar siempre a ayduarle sólo cuando deje de llorar o empiece él a recoger o a vestirse. Cuando te grite, auséntate de la habitación y atiéndele enseguida que deje de gritar. Cuando coja rabietas, lo mismo, ignórale, no te enfades, simplemente deja de hacerle caso, y cuando se dirija a ti llorando y gritando dile sólol que le escucharás cuando se tranquilice y deje de llorar.
Con constancia, reforzando mucho los pequeños logros e ignoréndole cuando se niega o se enrabieta, conseguirás que él cambie de actitud.