Obsesiones
¡Hola psizama!
Escribo sobre todo por desahogarme y por ver si esto que me pasa tiene, de una vez, algo así como una solución. Ya llevo unos cuantos años pasando por diversos estados asociados con la ansiedad, la depresión y, sobre todo, con las obsesiones. Estuve durante unos meses bajo tratamiento congnitivo-conductual para mejorar mis conductas obsesivo-compulsivas. Tuve que abandonarla antes de lo conveniente por problemas económicos y, actualmente, después de una temporada muy tranquila vuelvo a experimentar estados ansiosos derivados de mis obsesiones. No me ha dado todavía por canalizarlos a través de ninguna compulsión pero no quiero estar constantemente dándole vueltas a mi cabeza con asuntos que, en primer lugar, no dependen de mí y, segundo, que no son precisamente del todo reales. Hasta hace unos días sentía que era yo la que tenía el control de mi vida y, estos últimos días, siento que, de nuevo, las cosas se me escapan de las manos.
El miedo viene desde el fin de semana, que salí de fiesta con mi pareja y unos amigos. Desde entonces no paro de darle vueltas a la cabeza y me aterra volver a penetrar en esa espiral de miedos, inseguridades y ansiedad. Supongo que el consumo de drogas no me ayuda en absoluto. Los días posteriores a la fiesta he estado bien pero esta semana estoy demasiado nerviosa y obsesionada -de repente- como para no pensar que ese consumo no tenga algo que ver.
Mi pareja y yo consumimos drogas de forma esporádica. Ella desde hace mucho tiempo y yo, desde que estoy con ella, una vez cada dos o tres meses consumimos un poquito. La cuestión es que yo comencé a consumir -y es una razón muy de fondo y de la que he sido consciente después de pensarme mucho- porque me parecía la forma más efectiva: en primer lugar, de dejar atrás un pasado de autorrepresión y de incapacidad de desinhibición y exceso de responsabilidad y, en segundo, de controlar a mi pareja. Si consumíamos juntas podía comprobar si su afirmación de que ella controlaba era verdad y era yo quien controlaba el asunto. Ésta es una cosa que no me parece nada sana pero no se me ha ocurrido, a efectos prácticos, otra manera de no estar constantemente pendiente de ella y dejar atrás mis miedos y darle a ella también la confianza para que me cuente cuando consume y cuando no.
La cuestión es que todo esto lo hemos hecho siempre a espaldas de nuestros amigos. Dos de nuestras dos más íntimas han sufrido un pasado de adicción y no nos apetecía hacerles partícipes del problema. Ellas no son tontas y el viernes se hizo muy evidente que mi novia estaba consumiendo. Una de nuestras amigas -llamémosle Nora- me ha reprochado la actitud de Maite la otra noche porque le vio ir varias veces al baño con su propio hermano, que por todos es sabido que es consumidor habitual. En ese momento, en esa conversación, es cuando vuelve a ponerse en marcha de forma frenética la maquinaria. En ese momento de la conversación con Nora es cuando se me sobreviene todo encima. No entiendo muy bien por qué pero no en el momento ni los días después he tenido dudas sobre si mi novia había consumido con el hermano de Nora o no y ahora las dudas que tengo son insoportables. Se lo pregunté en su momento y ella me aseguró que en absoluto pero ahora mismo, no le creo. Estoy con esa idea dando vueltas en mi cabeza de forma constante, pensando en que, de la misma forma que Nora se siente engañada, me siento yo. Podría preguntárselo y se acabó pero creo que no puedo estar constantemente desconfiando de ella, mareándola con las mismas preguntas y teniendo este miedo de estar siendo engañada sin ningún tipo de razón.
¿Qué podría hacer?
Un abrazo
Escribo sobre todo por desahogarme y por ver si esto que me pasa tiene, de una vez, algo así como una solución. Ya llevo unos cuantos años pasando por diversos estados asociados con la ansiedad, la depresión y, sobre todo, con las obsesiones. Estuve durante unos meses bajo tratamiento congnitivo-conductual para mejorar mis conductas obsesivo-compulsivas. Tuve que abandonarla antes de lo conveniente por problemas económicos y, actualmente, después de una temporada muy tranquila vuelvo a experimentar estados ansiosos derivados de mis obsesiones. No me ha dado todavía por canalizarlos a través de ninguna compulsión pero no quiero estar constantemente dándole vueltas a mi cabeza con asuntos que, en primer lugar, no dependen de mí y, segundo, que no son precisamente del todo reales. Hasta hace unos días sentía que era yo la que tenía el control de mi vida y, estos últimos días, siento que, de nuevo, las cosas se me escapan de las manos.
El miedo viene desde el fin de semana, que salí de fiesta con mi pareja y unos amigos. Desde entonces no paro de darle vueltas a la cabeza y me aterra volver a penetrar en esa espiral de miedos, inseguridades y ansiedad. Supongo que el consumo de drogas no me ayuda en absoluto. Los días posteriores a la fiesta he estado bien pero esta semana estoy demasiado nerviosa y obsesionada -de repente- como para no pensar que ese consumo no tenga algo que ver.
Mi pareja y yo consumimos drogas de forma esporádica. Ella desde hace mucho tiempo y yo, desde que estoy con ella, una vez cada dos o tres meses consumimos un poquito. La cuestión es que yo comencé a consumir -y es una razón muy de fondo y de la que he sido consciente después de pensarme mucho- porque me parecía la forma más efectiva: en primer lugar, de dejar atrás un pasado de autorrepresión y de incapacidad de desinhibición y exceso de responsabilidad y, en segundo, de controlar a mi pareja. Si consumíamos juntas podía comprobar si su afirmación de que ella controlaba era verdad y era yo quien controlaba el asunto. Ésta es una cosa que no me parece nada sana pero no se me ha ocurrido, a efectos prácticos, otra manera de no estar constantemente pendiente de ella y dejar atrás mis miedos y darle a ella también la confianza para que me cuente cuando consume y cuando no.
La cuestión es que todo esto lo hemos hecho siempre a espaldas de nuestros amigos. Dos de nuestras dos más íntimas han sufrido un pasado de adicción y no nos apetecía hacerles partícipes del problema. Ellas no son tontas y el viernes se hizo muy evidente que mi novia estaba consumiendo. Una de nuestras amigas -llamémosle Nora- me ha reprochado la actitud de Maite la otra noche porque le vio ir varias veces al baño con su propio hermano, que por todos es sabido que es consumidor habitual. En ese momento, en esa conversación, es cuando vuelve a ponerse en marcha de forma frenética la maquinaria. En ese momento de la conversación con Nora es cuando se me sobreviene todo encima. No entiendo muy bien por qué pero no en el momento ni los días después he tenido dudas sobre si mi novia había consumido con el hermano de Nora o no y ahora las dudas que tengo son insoportables. Se lo pregunté en su momento y ella me aseguró que en absoluto pero ahora mismo, no le creo. Estoy con esa idea dando vueltas en mi cabeza de forma constante, pensando en que, de la misma forma que Nora se siente engañada, me siento yo. Podría preguntárselo y se acabó pero creo que no puedo estar constantemente desconfiando de ella, mareándola con las mismas preguntas y teniendo este miedo de estar siendo engañada sin ningún tipo de razón.
¿Qué podría hacer?
Un abrazo
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