Nadie te puede devolver esa ilusión!
Si no está en ti, nadie te la puede dar!
Y es cierta una cosa, a veces el mundo parece tan nefasto, que hacen sentir que no vale la pena nada de lo que hagas por él, porque igual la gente quiere seguir viviendo en la misma porquería. Porque en general la gente no se preocupa por los demás, ni respetan al prójimo ni saben ser considerados con los que tienen a su alrededor.
Yo vivo en México, y pareciera que hay una incultura (si se puede decir así) en general de que a la gente no le importa cómo afecta a los demás con sus actos, mientras obtengan lo que quieren o se molesten lo menos posible a sí mismos, por ejemplo: las personas tiran basura en la calle y no les preocupa si es el jardín o la puerta de alguien más quien tendrá que limpiar, o se estacionan fuera de los estacionamientos de otros sin preocuparse si el que vive ahí ocupa salir o entrar, y no se diga al conducir la inconsciencia con la que lo hacen, etc.
Y, en el mundo en general, cada vez aumenta más esa falta de respeto al bien ajeno. Nos han enseñado a ser tan intolerantes como sociedad, que muchos no están dispuestos a trabajar para obtener lo que quieren, buscan la vía más fácil que es arrebatar al otro lo que tiene.
Es horrible!
Pero no sólo es un mal de ésta época, es un mal de la humanidad. Por ejemplo, lee los libros de Jane Austen, como orgullo y prejuicio, donde ya refleja a principios de 1800 una sociedad en decadencia y cómo las personas pueden hacer a un lado sus principios (o a veces justifican sus actos bajo éstos) para obtener lo que desean.
Lo que te ayuda a ver que no es algo de la tecnología o de la época o del cambio en los valores, sino que es algo que está dentro de los seres humanos. Y cuando no se nos educa para controlar esa naturaleza, puede aflorar sin ninguna culpa ni miramiento.
Supongo que no te doy ninguna esperanza: pero no te puedo dar lo que no tengo.
Hay días en que creo que la vida, el mundo y la humanidad valen la pena salvar porque hay cosas maravillosas como la música de Bach, o el Canon de Pachebel; y también encuentras actualmente obras maravillosas que no desmerecen en nada a las clásicas, y las cuales lamentaría haberme perdido.
Pero, hay otros días en que no quiero mirar al mundo, porque a donde sea que vea sólo encuentro mediocridad, inmundicia, falsedad, violencia y desesperanza. Que en verdad me cuesta creer que debe haber algo que valga la pena salvar.
Mas sin embargo, sigo aquí, haciendo lo que hago y brindando ésta ayuda por la que no gano nada.
Y para serte honesta, hay días en que me canso y me quiero rendir, sobre todo cuando la gente es mal agradecida y piensa que puede tomar lo que quiere sin tener que dar nada a cambio, por lo que no se toman la molestia de calificar ni cerrar la respuesta, ya no se diga por lo menos decir "gracias", a veces eso ya es mucho esperar. De cada 10 preguntas que respondo, 4 se toman la molestia de calificar, sólo 2 de ellos lo hacen con 5 estrellas, y sólo 1 dice "Gracias". También recibo preguntas directamente a mi email, y de cada 10 sólo 2 devuelven mi correo diciendo "Gracias". Es desalentador, ¿no?... Mis horas frente a la máquina, el tiempo que me lleva leer y analizar las preguntas y formular una respuesta clara que ayude lo más posible a esa persona, ¿dónde quedan?... ¿Qué obtengo a cambio?... ¿Qué gano?...
Sé que nada, no me hago tonta, estaba consciente desde el principio que no ganaría mucho o nada, pero siendo realistas, tampoco hacemos lo que hacemos sin esperar obtener algo a cambio, a final de cuentas es lo justo recibir algo que compense nuestro esfuerzo, aunque sea por lo menos sentir que la contraparte valora y agradece lo que le hemos dado.
Y cuando cobras no hay gran diferencia, no escuchas más "Gracias" que cuando es gratis, o viceversa, pero al menos obtienes algo por lo que haces. Tal vez por eso existe la moneda de cambio, porque la gente no sabe si quiera decir "Gracias" en correspondencia a lo que recibe, ya no se diga realmente corresponder con algo más.
En mis más de 12 años de experiencia, cuento en menos de 100 a las personas que he atendido o asesorado que han sido realmente agradecidas. Aquellas por las que puedo decir que vale la pena lo que he hecho y que lo siga haciendo.
Ésto me recuerda que cuando empecé a ejercer mis maestros me enseñaron algo importante con respecto a ésto: que a veces unos pagan por otros. Así que hay "Gracias" que valen por cien silencios. "Gracias" que me hacen sentir orgullosa de lo que hago y de lo que soy.
Por que a final de cuentas de ésto se trata: de que hago lo que soy, y que por lo tanto, no puedo evitar hacerlo por más que me decepcionen.
Así que si lo que haces es una expresión de ti misma, de tu ser, de tu don, no podrás evitar hacerlo por más problemas y decepciones que te cause: "Es un don y una maldición". Pues además lo necesitas (como al aire para vivir), para poder ser feliz, para sentirte completa y satisfecha, para expresarte a ti misma, para definirte y encontrar tu lugar en el mundo. De otra manera, si te coartas o te impides hacerlo, siempre te hará falta algo en la vida.
"Un don y una maldición".
Si lo que haces es una inclinación superficial, te rendirás y desaparecerá con ésta decepción; sino tras un tiempo (porque a veces también es bueno tomarse descansos), cuando encuentres un motivo (o pretexto) que te permita expresarte, es decir alguien que te necesite, lo volverás a hacer.
Así que no te desanimes, el mundo continuará su curso hacia lo que sea que le depare nuestros actos. Así que no nos queda más que decidir cómo queremos vivir el hoy y disfrutar.
Sobre todo ésto último: disfrutar lo que somos y lo que hacemos!