Autónomo de bar-cafetería

Por mi experiencia, pienso que lo mejor cuando uno inicia una actividad es decantarse por la estimación directa. La razón es simple: en los primeros tres años de actividad de una empresa los beneficios son inciertos; al principio puede ir todo muy mal o muy bien, aunque lo normal es que se empiece con unas pequeñas pérdidas y poco a poco según el negocio se asienta van creciendo los beneficios. Sin embargo, el módulo de Hacienda tiene muy poco en cuenta que es una actividad reciente y, aunque tiene un coeficiente reductor, la realidad es que el sistema no contempla que los beneficios son mínimos e incluso a veces hay pérdidas. Y claro, no hay nada peor que estar pagando impuestos por un beneficio que uno no tiene.
Lo mejor es empezar con un sistema tan flexible como la estimación directa: si tienes beneficios pagas a Hacienda pero si pierdes no tienes que pagar nada. Una vez que el beneficio se consolida ya puedes hacer la cuenta de si con los módulos pagas más o menos que con la estimación directa.
Respecto al modo de calcular los ingresos, en estimación directa no se calculan, sino que se constatan, es decir, que lo que tienes que tener es o bien una caja registradora o bien un sistema informático en el que cada vez que cobres una consumición quede registrada y al final del día puedas saber cuantas ventas has hecho. Con los informes diarios de tu sistema informático ya puedes hacer tu contabilidad y preparar tus impuestos. Como además Hacienda calcula esos ingresos en base a tus compras y a lo que ve en el banco tampoco hay mucho lugar a engañarlos.