La citología vaginal es una de las ayudas diagnósticas más importantes pues es muy útil, indolora, relativamente rápida, económica y sencilla. Bien ejecutada puede demostrar cáncer del cuello del útero y de la vagina, y da una idea de la actividad hormonal de la mujer, así como orienta algo sobre infecciones vaginales. Toda mujer en edad reproductiva y/o con antecedente de actividad sexual debería practicarse la citología vaginal al menos una vez al año. En caso de presentar síntomas requiere practicarlo con más frecuencia. Los síntomas ginecológicos más importantes para sospechar enfermedades a nivel del cuello uterino y vagina son: Flujo vaginal Hemorragias genitales anormales Menstruación olorosa Siempre que existe al menos alguno de esos síntomas hay patología cervical o vaginal. Como la sangre actúa como medio de cultivo se facilita la aparición de infecciones cuando hay hemorragia vaginal, incluso menstrual. Sin embargo la ausencia de síntomas no garantiza el que no exista enfermedad en el cuello uterino o en la vagina. De ahí la necesidad de practicar la citología vaginal y una buena ecografía periódicamente pues cada examen detecta condiciones no detectadas por el otro, especialmente la cervicitis y los quistes de Naboth