Apreciada evelascos:
Ánimo!. Te puedes curar fácilmente !.
Tienes un problema de amor hacia ti misma, de autoestima. Ya tenemos una ventaja. Lo hemos detectado, y ahora será muy fácil que lo llegues a superar.
Por tanto, tenemos que aprender a amarnos a nosotros mismos.
Lo primero es NO CULPABILIZARTE DE TU PASADO. El pasado ya se fue, ya no existe. Da gracias a Dios de haberlo vivido y de poder sacar experiencias de él para AHORA. Si tu pasado fue duro, ahora puedes ser más fuerte y tener una experiencia valiosísima.
No te preocupes por EL FUTURO. Vive al día. Haz las cosas con tu mejor intención. Si no salen como tu quisieras, acéptalo. No tienes tu la culpa. Las personas reaccionamos a veces mal. Tú sigue haciendo el bien.
Aprende a CONTROLAR TU PENSAMIENTO. Cuando percibas que te estás diciendo a ti mismo: "Fracasarás" "Eres una inútil" y cosas por el estilo, piensa. Estoy haciéndolo mal. Lo que sí es ahora un fracaso es estar pensando eso. Piensa en algo que te guste: una canción, una puesta de sol, una sonrisa que te dio una persona, el interés de que seas feliz del que esto te escribe, o otra cosa parecida.
Acéptate como eres. Guapa o fea, lista o tonta, rica o pobre. Mira lo que tienes, no lo que te falta cuando te comparas con los demás. Puedes andar, reír, escribir, ver con tus ojos, comer y beber cuando quieres. Piensa que hay muchos seres humanos en el mundo que no tienen esas cosas que tu sí tienes, y se esfuerzan por sobrevivir y ser felices.
Intenta no ponerte demasiadas obligaciones. Haz cosas durante el día, pero bien hechas, perfectamente hechas. Cada cosa que hagas piensa que es como si no existiera otra cosa para hacer en el mundo. Disfruta de lo que haces. Esa es la clave.
Otra cosa, no te compares con nadie. Vive TU VIDA. No quieras parecerte ni tomar modelo de lo que le pasa a este o al otro. Tú eres único e irrepetible y tienes que aprender a darte satisfacción, a conocerte y a respetarte a ti mismo. Si los demás tienen problemas, tú procura ser consciente que su tristeza te puede arrastrar a ti.
Para ello, recobra energía disfrutando de tu vida, respirando, paseando al aire libre en la montaña o junto el mar.
Intenta no observarte demasiado. Si te tienes como protagonista "estelar" de tu vida no podrás dedicar suficientemente a los demás (eso me pasó a mí también durante algunos años en que viví solo).
La mejor solución para el problema que notas ahora es LLENAR TU VIDA DE HECHOS DE AMOR Y DE SERVICIO PARA LOS DEMÁS.
Sí, hay muchas personas que pasan a diario en tu camino que necesitan de ti, de una sonrisa, de que les escuches, de que valores sus trabajos o esfuerzos. ¿Qué te impide esforzarte para hacerles la vida más agradable?. Así, cuando llegue al final del día te vendrán pensamientos de esas personas contentas, llenas de energía que les has comunicado tú, y verás que eso es muy contagioso (pues te lo pasas muy bien). Estarás pensando qué y cómo actuar mañana, la semana que viene, etc.
Tienes que vivir una vida que te satisfaga a ti. No dejes pasar los días uno detrás de otro sin ningún sentido. Cuenta los días de tu vida por las buenas obras que has hecho en cada uno de ellos. Si algún día no has hecho nada positivo por los demás, considéralo un día perdido.
En cuanto a las pastillas, yo no creo mucho en ellas. La fuerza está en ti, en tu mente. Conozco a personas que tomaban seis pastillas diarias contra diversas dolencias de su espíritu que se han recuperado tomando una infusión de manzanilla por las mañanas y una infusión de cola de caballo con miel por las noches.
Hazte un plan de vida, un horario, y cúmplelo, por ejemplo:
7. 00 Levantarse y aseo
7. 45 Lectura, meditación o paseo
8. 15 Desayuno
9 a 13 trabajo
13 a 14 almuerzo
14 a 18 trabajo
18 a 20 tiempo libre
20 a 21 cena
21 a 22 Formación, lectura
22 a 23 aseo.
23 Descanso.
No quieras hacer muchas cosas. Ves haciendo las que puedas, pero cuando cojas una cosa entre manos intenta hacerla perfectamente, como si fuera la única cosa que pudieras hacer en tu vida. Sé útil a los demás no te encierres en ti mismo, ayuda a la gente que te rodea en tu familia, en tu trabajo en tus ratos con amigos. Hazles la vida sencilla, que no se tengan que preocupar por ti. Que después de estar contigo "noten" que han recibido energía, que se sienten mejor. Esa tendría que ser la motivación principal de tu vida, lo demás es relativo y menos importante.
Procura también alimentarte correctamente, tomar alimentos sanos y que sabes que te convienen, cuida a tu cuerpo y a tu persona. Respeta las necesidades del sueño. No tomes drogas, ni fumes ni alcohol ni nada de eso. Procura aprender a respirar bien, capta la energía de lo que te rodea, deja que te lleguen los rayos del sol, las partículas de aire que te dan la vida que necesitas para respirar. Haz buenas obras de las que tu sabes que puedes hacer. Si algo sale mal, ten paciencia contigo mismo, no te martirices, amate a ti mismo.
Si te gusta leer puedes hacerlo con el libro
PARA SALVARTE del padre Jorge Loring. También lee algún libro de la Madre Teresa de Calcuta, y te enterarás de lo que es el amor. El amor es la fuerza que gobierna el universo. Puedes consultar sobre el padre Loring en
y en
www.arconet.es/loring. También está muy bien la página
www.interrogantes.net que tiene muchas cosas sobre carácter y mejora personal, autoestima, relaciones con los demás, etc.
Te envío unos consejos generales para cualquier enfermedad:
10 consejos ante cualquier tipo de enfermedad
1. Escuche los mensajes del cuerpo, permitiéndose conocer las necesidades respecto al descanso y la alimentación, así como la tolerancia y resistencia ante el esfuerzo y la acción, con lo que sabrá cuándo y qué hacer, o cuándo evitarlo.
2. No trate de cambiar o mejorar todo en el acto, ya que es imposible ser una 'persona totalmente transformada' en un instante. Recuerde que es más importante la constancia que el mismo objetivo.
3. No se culpe ni autorreproche por sus acciones del pasado; sólo aprenda de él y modifique su conducta, ya que el pasado ya no existe y el futuro es lo construye ahora, así que no se desgaste en contra de usted mismo.
4. Ame y respete su cuerpo; éste es el 'carruaje' que le permite vivir y expresarse. No olvide que todo lo que piensa, y hace, repercute de forma directa sobre él.
5. Valore su enfermedad como una amiga que le enseña muchas cosas y no una enemiga que le odia. Si aprende la lección que se le muestra con la enfermedad, va a valorar mucho más la vida y a vivir más inteligentemente. Además, la mayoría de las veces la pelea agresiva contra la enfermedad solo la fortalece, pues es como una pelea terrible contra un severo enemigo, pero el campo de batalla siempre será su cuerpo.
6. Agradezca cada instante de su vida por todo lo bueno que le ocurra, así valorará más cada pequeña cosa y gozará inmensamente todo acto.
7. Utilice todos los recursos que su razón y su sentir le digan que le pueden ser útiles a la hora de buscar su curación, ya que si la enfermedad es compleja, la curación debe requerir muchas acciones conjuntas.
8. Participe activamente del proceso de curación, no dejándolo sólo en manos del terapeuta. Recuerde además que usted estará solo unos momentos con él, mientras que usted permanecerá con usted mismo todo el tiempo.
9. No busque culpables de lo que le pasa, así lo único que logra es justificar su pereza y nunca asumirá la responsabilidad que tiene con su salud y su cuerpo.
10. Pase lo que pase, aprenda a disfrutar y a vivir el presente, sin importar las condiciones que la vida le depare. Solo así podrá ver su propio mundo con una mirada mejor y llegará a vivir y a gozar, a pesar de las circunstancias y no gracias a ellas.
Lo que sigue lo tomé de un correo que me enviaron y me parece bonito.
¿Dónde está la perfección de dios en mí?
Alguna vez escuché decir que Dios es perfecto y toda su creación también lo es; en especial el hombre que fue hecho a su imagen y semejanza, ¡Ése eres tú..!
Hoy después de que he vivido varios años de mi vida viendo lo que soy y lo que he hecho, me pregunto: ¿Dónde está la perfección de Dios en mí?
Si mi figura es deforme y diferente; si tal vez en el momento de mi nacimiento, cuando mi Madre supo la noticia de que nací con una enfermedad llamada enanismo, se rompieron muchos de sus sueños de tener una hija normal. Y mi Padre se preocupó demasiado pensado cómo sería mi futuro siendo así...
¿Dónde está la perfección de Dios en mi?, si en mi niñez muchas veces no pude jugar como cualquier niña, porque no era ágil para correr, me agitaba rápido y se me dificultaba realizar ejercicios físicos, por tanto en ocasiones mis amigas no me querían en sus equipos deportivos porque las hacía perder y no era tan ágil como ellas.
¿Dónde está la perfección de Dios en mí? Si a pesar de ir creciendo en edad, en estatura seguía siendo una niña, y cuando adolescente, no pude dar la medida como mujer, porque no tenía un par de piernas largas como las demás chicas, por lo tanto, jamás tuve la oportunidad de conocer el amor.
¿Dónde está la perfección de Dios en mí? Si cuando me miro al espejo, me encuentro con una criatura diferente a las demás, a la cual todos miran por la calle con curiosidad y con variedad de sentimientos.
¿Dónde está la perfección de Dios en mí? Si mi mayor tiempo en el colegio no fui muy buena estudiante y muchos dudaron de mis capacidades no solo físicas sino intelectuales.
¿Dónde está la perfección de Dios en mí?, si mi interior es demasiado frágil, en mi corazón existen vacíos y a diario sin quererlo cometo errores.
¿Dónde está la perfección de Dios en mí, si no soy como todos los demás seres creados y a veces me siento como una extra terrestre en un mundo de gigantes.
Cualquiera que no tuviera Fe, jamás podría encontrar la perfección de Dios en mí o en aquellas personas que por ser algo diferentes, llaman "anormales".
Pero hoy, después de todo lo que he luchado, quiero contarle a todos dónde está la perfección de Dios en mí: Es cierto que el hecho de haber nacido diferente pudo haber sido difícil para mis padres; pero hoy, soy la esperanza de mi Madre, su apoyo, su compañía, quien vela por ella.
Mi padre vivió repitiendo a cada instante con el corazón hinchado de orgullo, que yo era su hija amada; le di muchas satisfacciones con cada logro y meta que alcanzaba, y murió con la certeza de que lucharía siempre por hacer realidad sus sueños y los míos.
Mis amigas, aprendieron a soñar con cada uno de mis sueños y mis fantasías, siempre que estaban conmigo sonreían, porque luché por hacer de cada acontecimiento un chiste; si no podía jugar con ellas las aplaudía y les hacía barra para que ganaran.
En mi juventud, quizá nunca pude salir con un chico ni experimentar el amor, tal vez físicamente no era atractiva para nadie; pero fui siempre la consejera, la mejor amiga de todos, la que buscaban para desahogarse y encontrar consuelo o paz.
En el colegio no fui muy buena estudiante, pero estoy inundada de dones y talentos que sorprenden a muchos, y soy capaz de hacer muchas cosas que los que se llaman así mismo normales no pueden hacer como yo.
Y quienes me miran en la calle, reciben a cambio una sonrisa, una broma, y los invito a ser mis amigos.
Y cuando me sentía extraterrestre, alguien me dijo: Pequeña Gigante.
Cuando creí que jamás sería Madre, se me confiaron 33 niñas que crecen y se forman en mis manos y me llaman Maestra así como llamaron sus discípulos a Jesús.
Al mirar mis pequeñas manos, veo todo lo grande que puedo hacer con ellas, letras que dan vida, música que alaba a Dios.
Y con mis piernas pequeñas y débiles, puedo llegar muy lejos, traspasar fronteras y penetrar en el corazón humano. Y cuando me sentía sola, encontré al Amigazo.
Y hoy con ese deseo de dar lo mejor de mí a los demás, de querer ver dibujado una sonrisa en cada rostro, de soñar con regala paz, ya hasta muchos me consideran su Angelito terrenal.
Y cada caída de la que me levanto, cada lágrima que enjugo en mi rostro, cada experiencia difícil que logro superar, cada vacío que lleno con el amor de Dios, se convierte en testimonio de superación, que alguien escucha o lee y se alimenta de él como una vitamina que le devuelve la fe en un Dios que es amor y que todo lo ha hecho perfecto.
Entonces, comprendí que el dolor asumido con paz, no deforma, sino que transforma; que el Amigazo está conmigo, me amó así, me pensó así y así mismo me creó, a su imagen y semejanza.
Por tanto, la perfección de Dios en mí, está en todo lo que a través de mi vida logra transformar en los demás, en mi superación, en las sonrisas que dibujo en cada rostro, en lo que a diario transmito a mis niñas, en la esperanza que siembro en el corazón de aquel que lee mis escritos o escucha mi testimonio, en mi oración de acción de gracias en medio de las dificultades, en la fe que mueve montaña, en aprender a morir a mí misma para dar vida a otros.
Tal vez en algún momento tu también te habrás sentido demasiado imperfecto, porque las cosas andan mal, porque sientes que has fallado o que has caído y que muchos errores has cometido; mírame quizá soy demasiado imperfecta ante tus ojos, pero el plan de Dios es diferente
Eres perfecto, hecho a su imagen y semejanza, y tu perfección consiste en transformar todo lo que está a tu alrededor, morir a ti mismo para dar vida a otros, ser agente de cambio que transforme al mundo con su vivir.
Ahora piensa en un instante, ¿Dónde está la perfección de Dios en ti? Este es un nuevo día que se te regala para que la descubras y la transformes en oración.
Un cordial saludo.