Buenas noches mire hace tiempo que no me encuentro bien tengo muchas taquicardias sobre todo al irme a dormir me preocupo por cualquier cosa aunque sea una pequeñes como comprar una botella de aceite, tengo algún problema en el trabajo como casi todos y problemas con mi pareja no hay ninguno los problemas económicos también son un problema a parte de cosa pequeñas que como lo digo para mi son un mundo estoy tomando 1 lexatin diario del más flojo y noto que no es suficiente ¿qué puedo hacer?
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Respuesta de credidatos
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credidatos, Soy psicólogo especialista en el tratamiento de la ansiedad,...
Mi recomendación es que primero vaya al médico para descartar alguna dolencia física y si lo que tiene es ansiedad le voy a recomendar una pequeña práctica que le sirva de orientación de cómo enfocar las cosas. Es posible que esos pensamientos que le están martirizando no sean ya la principal causa de su ansiedad. La principal causa es la lucha que se trae con ellos por no tenerlos, me explico: inicialmente, ante sus problemas, le surgirían pensamientos sobre el tema para buscar soluciones, también es posible que esos pensamientos fueran extremistas en las soluciones y poco eficaces al principio y hasta ahí todo normal.. pero, en vez de seguir en esa línea hasta que se fueran encontrado soluciones y los pensamientos se fueran reduciendo, el malestar inicial que esos pensamientos le ocasionaban no lo aceptó y optó por intentar controlarlos, evitarlos interfiriendo en el proceso normal de aprendizaje de situaciones. En esa lucha por rechazarlos o evitarlos lo único que se ha conseguido es que se hagan más grandes y la ansiedad aflore de manera más aguda que al principio y por tanto, aún sigue en esa lucha. Si se fija ¿cuánto tiempo lleva intentando controlar esos pensamientos?, ¿Qué resultados ha obtenido?, ¿Ha logrado reducir su ansiedad? No, y por el hecho de realizarme la consulta, veo que aún está peor. Bueno, pues si lo que ha estado intentado hasta ahora no le ha funcionado, ya es hora de plantearse otra forma de abordar la situación y para ellos es importante que tenga la mente abierta y no se cierre en sus posturas que le hagan volver a la dinámica ineficaz que le ha conducido al nivel de ansiedad que tiene actualmente. Mire usted, la ansiedad que se genera se puede comparar con un monstruo que vive y se alimenta de adrenalina. Cuando algo nos avisa que hay un peligro, realizamos una descarga automática de adrenalina y el monstruo que estaba dormido se despierta y logra que actuemos en consecuencia de forma automática y nos ayuda en ese momento a responder eficazmente (por ejemplo en el caso de que nos fuéramos a caer y rápidamente nos agarramos a lo primero que vemos). Nos damos cuenta de que tenemos el monstruo dentro y que se ha quedado, porque mientras digiere la adrenalina está fuerte ya que todavía le queda alimento para vivir. Cuando pasa el tiempo sin que veamos un nuevo peligro el cuerpo recupera su nivel normal de adrenalina y el monstruo duerme, porque no tiene suficiente alimento. Cuando es el propio monstruo el que nos da miedo y lo queremos echar del cuerpo, y luchamos para que desaparezca de inmediato, volvemos a hacer otra descarga de adrenalina para poder hacer el esfuerzo de luchar contra él. El monstruo, encantado porque tiene más alimento, crece y se hace más amenazador, nos dice que va a comernos el cerebro, que nos va a dañar el corazón, y la garganta nos la va a paralizar para siempre. Si aceptamos al monstruo en nuestro cuerpo y no hacemos nada para que se vaya, dejaremos de darle alimento y el monstruo morirá de inanición. Siempre viviremos el riesgo de que no se vaya, porque no estamos haciendo nada para conseguirlo. Tendremos que acostumbrarnos a escucharle decir "¿y si no me voy y te da un ataque al corazón o te vuelves loco, o se te bloquea la garganta para siempre?" y, tendremos que no hacer nada de lo que implícitamente dice, "¡lucha!, ¡huye!" pese al miedo que sentimos. Por tanto, a partir de ahora, cuando le vengan esos pensamientos, deje de rechazarlos y de luchar contra ellos!, obsérvelos sin condenarlos y sin criticarlos, simplemente obsérvelos y hágale sitio y siga con lo que estaba haciendo. Lo importante es lo que haga y no lo que piense, haga lo que tenga que hacer y no permita que los pensamientos se lo impidan. El malestar no cesará pero la ansiedad si y con el tiempo manejará esa situación por un simple proceso de adaptación. Los pensamientos son pensamientos y usted es más que esos pensamientos, de dos pasos para atrás y obsérvelos y verá que ese observador es usted y no es esos pensamientos.