Estoy de acuerdo con la respuesta anterior. En primer lugar, los menores necesitan un tiempo para acomodarse a la nueva realidad familiar, que puede ser más o menos largo en función de muchos aspectos distintos. En segundo lugar, los menores pueden sentir que si se llevan bien con la nueva pareja de la madre o el padre, están traicionando a su progenitor, por lo que tienen estos comportamientos. Deberías aclararle que el hecho de llevarse bien con tu nueva pareja no excluye que siga queriendo a su padre. De hecho, deberías aclararle que no esperas que lo quiera como a un padre, porque ya tiene uno, pero sí que se lleven bien. Si su padre colaborara en este sentido sería de mucha ayuda.
Por último, si se llevaban bien, o tenían un trato cordial, y esto ha cambiado de golpe, habría que indagar acerca de qué suceso ha motivado el cambio de actitud.