Mi familia me trata como a una niña pequeña.
Desde siempre, mis padres me trataron como un muñeco: no podía salir de casa a jugar, no podía montar en autobús, no podía salir por la noche... Esto hizo que fuera excepcionalmente en los estudios, pero que desarrollara una pésima capacidad de socializar.
Ahora, con 30, ya tengo mi vida, mi trabajo, mis intereses, etc. Pero aún sigo notando algo: cuando expreso mi opinión, si no es la que ellos esperan, me ignoran. Y me repiten la misma pregunta una y otra vez por si cambio de opinión. Esto ha ocasionado que, cuando alguien me propone algo, siempre diga "no" a la primera vez, puesto que cuando alguien de mi familia me proponía algo, era para que lo hiciera, no para que diera mi opinión.
Cada vez que noto esto, siento un estrés y un cabreo tremendos. No se qué responder, ni que hacer. Siempre tengo que estar dando explicaciones de porqué digo que no, aunque después me lo vuelven a preguntar. El silencio tampoco es válido, porque entonces hay dos opciones: o me hacen el vacío completo o me atosigan a mensajes.
La última vez que comenté algo de este tema con mi familia, volví a recibir las mismas respuestas: una es que "sí me tienen en cuenta" (hace años que no voy a la piscina por cuestiones físicas, y mi madre quiso regalarme un bikini por mi cumpleaños, porque era lo más fácil), cuando no lo demuestran. La otra es "eras muy pequeña" (la última vez que me dijeron esto, era sobre un asunto que ocurrió cuando yo tenía 16 años).
Necesito alguna pauta para no estresarme cada vez que estoy en estas situaciones. No quiero llegar a tener estrés crónico ni depresión, pero me siento bastante mal.