¿Qué le hace falta a mi vida?
Mi nombre es Ronald, y tengo 23 años, me atormenta una enorme sensación de vacío, tengo un trabajo, bueno, al menos por el momento es uno bastante pesado, con jornadas de 12 horas tres días a la semana, y 24-30 horas en un barco. Esto me ha acarreado varios probloemas. Empero; antes de seguir, debo contar que tengo antecedente psicológico, de crisis depresivas continuas. En ocasiones he contemplado el suicidio, mas no lo he hecho. O no lo he cometido. Aunque si lo he pensado.
Sobre mi vacío, es algo muy complejo, tengo una casa, y también varios de mis familiares vivos. Sin embargo, a mi edad, no me veo en ninguna ruta, desde que estoy en control médico las cosas no han mejorado. Solo se han maquillado. Paso el tiempo que me queda libre. O en el ordenador perdido entre muchas cosas que prefiero no citar de buenas a primeras. O dormido. Y aunque duerma, no concibo paz, solo paso pensando en el mañana, en que hora debo regresar a trabajar, y como repartir esas doce horas para no dormirme durante la jornada. Soy un oficial de seguridad.
Sin embargo, me siento muy decepcionado de mi mismo, antes, fui educador, y por mis malas decisiones perdí ese puesto sin haber sacado una carrera universitaria. Empecé tres carreras distintas, mas no terminé ninguna. Suelo ser bastante inconstante en las cosas, casi no sigo lo que debo seguir. O lo que se esperaría que siguiere.
Soy bastante inteligente, podría decirse que incluso culto. Aunque eso es un alardé que no se debe usar. También, padezco de obsesión, me obsesiono con casi cualquier cosa, incluso el comer no lo hago de buen gusto. Siempre cuento la cantidad de arroz y de los demás ingredientes, cuantas calorías, cuantas proteínas y así. No consigo distraerme con nada, ni tampoco liberar estrés.
Cuando me dan las crisis, una voz me habla, y me hace recriminarme mi pasado, me llena de culpa, e incluso me prohibe llorar. Es como luchar contra mi mismo. Me somete a una terapia de preguntas y mortificaciones. Ni en sueños puedo escapar, o cuando lo logró y despierto no puedo evitar sentirme más decepcionado que alegre.
Percibo muy pocas emociones, o al menos solo tengo claras unas cuantas: placer, orgullo, ira, rencor, soledad, y tristeza. Aunque a veces ría, no me siento alegre, o lo hago solo para seguir el ambiente de aquellos con los cuales me rodeo, no poseo casi amigos. Y con respecto al amor. Tampoco me ha ido nada bien.
Siento que me asfixio, cada día paso las horas con esa sensación entre pecho y espalda de que algo me falta, de que algo necesito. De que hay algo que no está y que requiero. No puedo hallar paz conmigo mismo, ni tampoco consigo amarme como se debería. Me debato entre ser alguien formal y recto, puntual, pero obsesivo y perfeccionista o dejarme llevar por mis otros extremos no tan correctos. A veces, solo deseo dormir, porque en el día, paso alegre por unos instantes. Luego, regreso. Si consigo estar 1 semana sin sentirme deprimido es casi un logro. No obstante, cuando regresa; se torna aún peor.
Me siento atascado, hueco, mientras más mi psicológa me dice que debo conocerme a mi mismo, más confundido me siento, más me cuesta sonreír y no llorar. Más temo descubrir algo que no sea de mi agrado.
Solicito consejo a aquellos que lean mi carta.