Si existe sospecha de laringitis, los padres deberán acudir a su pediatra para la valoración de su hijo ya que pueden presentar alguno de los síntomas de alarma. El pediatra realizará la elección del tratamiento dependiendo de la gravedad del cuadro clínico y/o la existencia de factores de riesgo de rápida progresión de la obstrucción. Actualmente sólo existen dos tipos de tratamiento que han demostrado ser eficaces y que pueden ser administrados en el domicilio siempre bajo la prescripción del pediatra: los corticoides sistémicos (administrados por vía oral o intramuscular) y los corticoides inhalados. No se conoce con exactitud su mecanismo de acción, pero se presume que sus propiedades antiinflamatorias en la vía aérea superior contribuyen a su eficacia. ⇒ Corticoides sistémicos La dexametasona es el más utilizado en el tratamiento de la laringitis en niños. Se puede administrar por vía oral, intramuscular o intravenosa. El efecto máximo se consigue a las seis horas de su administración siendo su vida media de 36-54 horas. Si la mejoría natural de la laringitis normalmente aparece entre las 24-48 horas, parece lógico pensar que con administrar una sola dosis es suficiente. La dosis y la indicación de administrarla debe ser responsabilidad del pediatra. Está indicado en casos de crup moderado-grave. En los casos leves parece que la budesonida inhalada y la dexametasona oral son igual de eficaces, dado el menor coste de la dexametasona y su facilidad de administración estaría también indicada en estos casos. No obstante, el llanto con la nebulización puede empeorar un cuadro leve. ⇒ Corticoides inhalados En las laringitis infantiles leves se puede administrar budesonida nebulizada, que es igual de eficaz que la dexametasona oral. Cuando se administra la budesonida por vía nebulizada (budesonida 2 mg en flujo aire/oxígeno a 5 l/min; Budesonida 0,5 mg/ml: 1 ampolla= 2 ml = 1 mg) se ha podido observar una mejoría clínica a los 30 minutos, más rápida que cuando se administran corticoides por vía oral.
Para la administración en el domicilio de la budesonida nebulizada se puede adquirir un nebulizador a chorro o tipo jet (nebulizador mecánico). Es un aparato que emplea aire comprimido a chorro para convertir la medicina líquida en una nube que puede inhalarse fácilmente hacia los pulmones.
Consta de un recipiente en donde se coloca la medicina, una boquilla o mascarilla que se usa para inhalar el aerosol y un tubo delgado conectado a un motor o compresor de aire comprimido. El compresor produce una fuente de gas que penetra a presión en el nebulizador produciendo una aspiración del líquido introducido en dicha cámara hacia el chorro de gas a presión realizando una fragmentación del líquido en pequeñas gotas que, si tienen un tamaño determinado, son expulsadas al exterior donde, a través de una mascarilla o boquilla, van a ser inhaladas por el paciente. Existen diferentes problemas con estos aparatos, como es la pérdida de medicamento durante la espiración. Existen en el mercado otros nebulizadores ultrasónicos más sofisticados pero no sirven para nebulizar budesonida.
En los casos más graves, aquellos que precisen atención en un servicio de urgencias o ingreso hospitalario, se pueden administrar otros tratamientos sólo en medio hospitalario (corticoides intravenosos, adrenalina nebulizada) y sólo bajo observación médica.