No enfoques eso personalmente. Piensa que el que hace daño al que auténticamente se daña es a sí mismo, ya que el único mal realmente es el pecado, y todo lo demás es relativo, y depende por ejemplo en casos como estos, de cómo uno reaccione. No se puede juzgar a las personas que actúan mal, ya que uno no sabe todos los factores que han influido en ello, pero uno puede ver el mal comportamiento, si este es objetivo, e intentar mejorarlo.
Ahora ya empiezas a ser adulta, y ahora te toca a ti reaccionar ante lo que has vivido, y puedes hacerlo bien o mal. Ni que decir tiene que el mal no se cura con el mal, ni una injusticia, con otra injusticia. Si ves mal lo que has sufrido, y no solo por tus intereses implicados, tienes que ahora reaccionar bien, tienes ahora que reaccionar justamente, y esto solo se hace reaccionando con amor de verdad, pensando en hacer el bien de verdad, por encima de los propios intereses, lo cual se puede hacer con la gracia de Dios. Te recomiendo para ello estar en gracia de Dios, cumplir con todos los Mandamientos de Dios y de la Iglesia, frecuentar los Sacramentos de la Santa Madre Iglesia, y hacer oración.
Al igual que en el caso de los demás, tú te haces bien o mal dependiendo, sobre todo, de tu propio comportamiento. Si reaccionas bien, con amor de verdad, eso será muy beneficioso, en primer lugar y sobre todo, para ti; con ello harás el bien a tu madre y a tu hermana, ya dependiendo el resultado final al respecto de su particular respuesta; y a ti te toca seguir respondiendo bien siempre, lo cual no quiere decir por supuesto el dejarse manipular o cosa así (ya que de esto está más cerca precisamente del que se deja llevar por sus propios intereses, aunque estos sean intangibles y no del todo conscientes, como deseo de quedar bien, de recibir afecto, de sentirse uno superficialmente bien, etc.). Teniendo buena intención y actuando bien, estás realmente de la mejor manera protegida; entre otras cosas, generas una mejoría, y ves más acertadamente a las personas.
Has sufrido un daño, y eso te ha ocasionado un sufrimiento, pero no puedes asegurar que sería mejor realmente para ti otra cosa, de cara a lo fundamental. Te recomiendo dar gracias a Dios por todo, compadecerte del que actúa mal, e intentar mejorarlo según lo que sea la Voluntad de Dios. Piensa que si actúas bien, de ello se pueden beneficiar muchas personas; pero también lo contrario, si uno antepone sus particulares intereses, lo cual, además, siempre tiene consecuencias imprevisibles.
Intenta actuar tú bien de verdad, y ayuda a los demás a ello con el ejemplo y con la palabra. Esto será lo más curativo para ti, con la gracia de Dios. Haz una buena Confesión, confesándote de todo lo contrario al amor de verdad, de todo lo contrario a los Mandamientos de Dios, y empieza una nueva vida con Dios y según Dios.