Hay que descubrir de donde viene el problema o los problemas. Y luego, que no tiemble el pulso para cambiarlo. Y es donde fallamos la mayoría de los empresarios. Porque muchas veces aplicar la solución es incómodo. El problema puede ser de todo, pocas ventas por un mal producto, o un producto mal presentado, o caro, costos altos, mala fama, mala comercialización, la competencia, o simplemente que se ha quedado obsoleto, por ejemplo los GPS para los coches, hubo unos 10 años, que eran el boom, llegaron los smartphones y le arruinaron la fiesta, el producto GPS era muy bueno, tenía buen precio, funcionaba perfecto, pero... Apareció otra cosa y los mató. ¿Qué hicieron las empresas? Cambiar o morir