En absoluto esto te tiene que destrozar la vida; ya que depende de tu respuesta, de cómo reacciones. Y mira por donde a lo mejor te viene bien.
Creo que te vendrá bien asumirlo como una consecuencia de tus actos, aunque no sean aquellos por los que te denuncien. Está claro que no has hecho las cosas de la mejor manera, como Dios manda; entonces, tendrás que ir a reclamarle al que te dijo que todo valía, que hacer lo que a uno le apetecía estaba bien, que podía uno vivir el amor sin precisamente tener que proteger ese amor (dada la debilidad humana), etc.
Está claro que ambos os habéis hecho daño viviendo como casados sin estarlo. Ninguno ayudó al otro a vivir la virtud, ya que eso requiere esfuerzo, y renunciar a los intereses vanos y desordenados; y esto cuesta. Y esta claro que si uno se deja llevar precisamente por intereses vanos o desordenados, por lo más apetecible, etc., no está libre para amar, para buscar el bien de verdad del otro.
Yo te diría que no veas ni la situación en sí, ni la veas a ella, meramente en función de tus intereses, sino que piensa en el bien de verdad, e incluso en la posibilidad de reparar el daño. Por supuesto que puedes poner unos medios razonables para tu defensa, pero siempre encaminado al bien de verdad, nunca anteponiendo tus particulares intereses al bien de verdad. Actúa bien y confía.
Lo que te recomiendo es acudir a la Confesión Sacramental y recuperar la gracia de Dios; y por supuesto que cumplir los Mandamientos de Dios y de la Iglesia; y también hacer oración.
Da gracias a Dios por todo. De todo puedes sacar bien estando con Dios.
Ten en cuenta que después de esta “ley” podría venir otra peor, de todos contra todos, siempre con la disculpa de un supuesto bien que no es tal.