Ese es uno de los temas preferidos para mi, tengo 57 años y con relación a lo que influye en mi felicidad puedo decirte, amigo Alejo, que es estar consciente de mi necesidad espiritual lo que hago para lograrlo es meditar en el consejo de Jesús cuando señaló cuál es la clave de la verdadera felicidad, dijo: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3). Solo seremos verdaderamente felices si damos los pasos para satisfacer nuestra mayor necesidad: la sed de saber la verdad sobre Dios y sobre su propósito para nosotros. Esa verdad se encuentra en la Biblia, y conocerla nos ayuda a determinar lo que es realmente importante y lo que no. Cuando dejamos que la Biblia guíe nuestras decisiones y nuestros actos, la vida cobra más sentido. Fíjate como en otra ocasión afirmó Jesús: Pero él dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:28).
Por otro lado, se ha dicho que la felicidad es un estado de bienestar relativamente estable. Se caracteriza por emociones que van desde la satisfacción hasta un profundo e intenso júbilo, y por un deseo natural de que esa situación continúe. ¿Existe en realidad tal clase de felicidad?
Hoy en día, la sociedad fomenta la idea de que la riqueza trae la felicidad, y millones de personas mantienen un ritmo agotador en su frenético empeño por hacerse ricas, sacrificando en muchos casos las relaciones personales y otros aspectos importantes de la vida. Como hormigas en un hormiguero, no dejan de correr de un lado para otro y dedican poco tiempo a meditar o a estar juntos. No es de extrañar que un informe de Los Angeles Times señale: “El número de depresiones diagnosticadas no deja de aumentar, y la edad en que [la depresión] aparece continúa descendiendo. [...] Los antidepresivos encabezan las listas de venta de las compañías farmacéuticas”. Millones de personas toman drogas ilegales o tratan de ahogar sus problemas en el alcohol, y hay quienes gastan el dinero sin ningún control cuando están deprimidos. Según cierta encuesta, “las mujeres son más proclives a someterse a una terapia de compras”, informa el rotativo británico The Guardian. “Cuando están deprimidas tienen tres veces más probabilidades de ir de compras que los hombres.”
Sin embargo, la verdadera felicidad no se halla en una tienda, en una botella, en una píldora, en una jeringa o en una cuenta bancaria. La felicidad no se vende, es gratis. ¿Dónde podemos conseguir tan preciado regalo?
Para entenderlo mejor, comparemos la felicidad con la salud. Si queremos tener una buena salud, debemos llevar un estilo de vida sano, cuidando la alimentación y haciendo ejercicio. De igual modo, la felicidad es el resultado de seguir un buen camino en la vida, es decir, de regirse por valores sólidos.
¿Qué valores o principios pueden guiarnos por el camino de la felicidad? Aunque algunos valores son más importantes que otros, los que mencionamos a continuación son claves:
Estar contentos con lo que tenemos y ser generosos
La salud y la resiliencia
EL AMOR
EL PERDÓN
Tener una vida con propósito
LA ESPERANZA
Un libro muy respetado por sus sabios consejos, la Biblia, dice: “Felices son los que en su camino están exentos de falta” (Salmo 119:1). De antemano, amigo Alejo, agradezco tu aprecio, tiempo y valoración. Saludos fraternos a ti y los tuyos. Por favor, déjame saber si necesitas más información o si deseas contactar en privado.