No creo que te gusten esos sentimientos amigo Gabriel. De hecho, no deberías acostumbrarte a ellos, a largo plazo pueden causarte más daño que bien. Antes de seguir quiero agradecer tu valoración y aprecio por la información que te di acerca de los sueños. Fíjate, esos sentimientos que describes ahora son comunes entre los jóvenes de tu edad de ambos sexos. ¿Has hablado con tus padres sobre el asunto? Uno de mis amigos llamado Raúl dijo: “Hay mañanas en las que preferiría quedarme en la cama para no tener que enfrentarme a otro día inútil”. A Raúl se le ha diagnosticado depresión, un trastorno que es cada vez más común entre los jóvenes. Tanto es así que, según ciertos estudios, 1 de cada 4 adolescentes padecerá algún tipo de depresión antes de llegar a ser adulto.
¿Cómo puedes saber si lo tuyo es realmente depresión? Pues bien, entre los síntomas están los siguientes: cambios bruscos de humor y de comportamiento, deseo de aislarse, pérdida de interés en casi todo, importantes alteraciones en el apetito y el sueño, y fuertes sentimientos de inutilidad o culpa. Viendo lo que describes parece que tienes una combinación, algo bueno que veo es que no has dejado de interesarte en los demás y eso te ayuda muchísimo a combatir la tristeza pues en Hechos 20:35 dice: "... y tienen que tener presentes las palabras del Señor Jesús, cuando él mismo dijo: ‘Hay más felicidad en dar que en recibir’”.
Claro, casi todo el mundo experimenta algunos de esos síntomas en un momento u otro. Pero si notas que te duran más de un par de semanas, quizás te convendría hablar con tus padres para que te lleven a consultar con un especialista. Un psicólogo puede decirte si tu tristeza tiene causas médicas, la evaluación siempre debe ser en persona, es más difícil hacerla por aquí.
Y si te diagnostican depresión, no tienes de qué avergonzarte. Hay personas que han estado deprimidas por mucho tiempo y que, con tratamiento médico, han comenzado a sentirse mejor. En tu caso, sea que tu tristeza se deba a la depresión o no, recuerda siempre las consoladoras palabras de Salmo 34:18: “Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón; y salva a los que están aplastados en espíritu”.
¿Qué otras cosas podrías hacer para sentirte mejor? Hazte tu propio “botiquín” emocional. Una buena idea para controlar tus pensamientos y emociones es hacerte una especie de “botiquín” emocional de primeros auxilios. Lo puedes adaptar a tu gusto e incluir en él cosas como las siguientes:
Una lista de personas a las que puedes llamar cuando estés deprimido. Los 2 o 3 amigos que dices tener en el colegio, algún familiar muy cercano, especialmente tus padres.
Canciones alegres que te levanten el ánimo.
Frases y lecturas animadoras, el libro bíblico de Proverbios es uno de mis favoritos.
Una lista con frases de la Biblia que te animen y consuelen. Por ejemplo, Salmo 34:18; 51:17; 94:19 y Filipenses 4:6, 7. Léelos por favor.
Cosas que te hagan recordar a la gente que te quiere.
Un diario en el que anotes reflexiones positivas y momentos que hayas disfrutado mucho.
Y a esa lista puedes agregarle otras muchas actividades.