¿En realidad el planeta necesita ser salvado?
Es decir, si se da un apocalipsis geológico (que el clima se vuelva extremo, que se acabe el oxígeno, que no haya agua para beber, etc). ¿El planeta tierra dejará de ser planeta?.
Yo creo que no, pase lo que pase el planeta seguirá girando en torno al sol como siempre, aunque su atmósfera no sea la misma, o los continentes, o los mares, o los polos.
¿Entonces qué necesita ser salvado?.
¿La vida tal vez? . Lo dudo mucho, la vida tiene sus propios mecanismos de salvación. Lleva el programa en los genes que forman cada ser vivo, todo aquello que nace, se desarrolla se reproduce y muere, es vida, y cumple este ciclo inexorablemente. De tal suerte que después del apocalisis, la vida no nos presentará los mismos seres vivos que vemos hoy en día. Pero seguirá existiendo, sin importar que cambie el clima, se acabe el oxígeno, se acabe el agua dulce o desaparezaca la capa de ozono.
Llevamos pues un programa en nuestros genes, el cuál es activado automáticamente cuando se dan condiciones de sobrepoblación y escasez de recursos. Con el fin de compensar el caos, el ser vivo dominante cambia a saber de dos maras:
1. Se pierde gradualmente el interés por la reproducción. Es genético, no se puede evitar en condiciones de sobrepoblación.
2. Crece el sentimiento que llamamos curiosidad por lo que hay más allá. Este deseo o anhelo es tan grande, que se bloquea el instinto de supervivencia, se abandona el medio en que se vive y se aventura en un medio hostil, buscando lugares mejores para vivir y llevando con ello la vida hacia lugares donde antes no existía...
Vemos pues, que el planeta no necesita ser salvado, ni la vida en sí, solo la humanidad requiere ser salvada, pero no será en este planeta, sino en aquél donde los seres que llegaron, reiniciaron el ciclo de la vida, naciendo, desarrollándose reproduciéndose y muriendo.
Más aún en este nuevo planeta se activan diferentes secciones del ADN, con el fin de asegurar que la vida progrese, estos nuevos programas, harán que los humanos cambien su fisonomía, se transformarán en seres aptos para cumplir eficientemente con el ciclo de la vida, y cambiarán tanto, que si alguien de hoy pudiera verlos, jamás reconocería en ellos al ser humano que le dio origen. Así como hoy, nos es difícil reconocer en nosotros mismos al primer pez que se aventuró a vivir fuera del agua.