La motivación surge cuando se lucha por una causa, entendiendo causa, como un valor humanitario. Te lo voy a resumir en una frase "tu eres tu causa". Ahora trataré de desarrollar el sentido de esta frase. Cualquier cosa en la que tu creas y defiendas se convierte en una causa y mientras actúes en pro de esa causa sentirás motivación. La mayor causa que existe es el amor, y por eso también es la mayor motivación. Cuando hacemos algo por amor, no importa el esfuerzo ni la recompensa. Es el propio sentimiento lo que nos mantiene motivados.
Todas tus particularidades y circunstancias, son solo aspectos de tu realidad, pero por encima de ellas, habita tu verdad, el mayor valor humanitario que existe, eres tu misma. Y no has de entender esto como un acto de egoísmo, sino de amor.
El problema de mucha gente es que trata de encontrarse a si misma buscando fuera de ella. Nada de lo que hay en el mundo real, puede decirte quien eres, pero el mundo real insiste en que busquemos ese valor ahí fuera.
No tiene que suceder nada extraordinario en la vida de una persona para que se encuentre a sí misma. Quiero decir que no viene dado por ningún suceso externo que se pueda apreciar o cambio sustancial en las circunstancias. La fortuna, o el éxito, nada tienen que ver. El cambio, se produce dentro, en la forma en que la persona se siente y vive sus circunstancias, porque ama, desea superarse a sí misma para su beneficio pero sin compararse con los demás, trata de entender el mundo desde ella misma, no de controlarlo sino de sintonizar con todo, busca la paz no el poder, no vive según las reglas de los demás sino según las suyas propias, en su alma gobierna ella, no la realidad. Puede hacer todo esto porque reconoce el valor que hay en ella y que merece ser preservado. Su alma.
Este es el significado de creer en uno mismo.
El problema muchas veces es que sabemos todo esto, pero no hacemos caso.
El mundo que nos rodea nos impone una forma de actuar que parece negar eso que sabemos y que vemos tan claro.
No debemos permitir que la realidad nuble lo que sabemos por nosotros mismos. Eso que sabemos desde dentro sin ayuda de nadie es la verdad. Lo que viene de fuera solo es la realidad.
La felicidad se basa en la verdad, no en la realidad. Evidentemente como seres vivos estamos sujetos a cubrir ciertas necesidades para vivir y sin esos mínimos, no hay felicidad posible, pero de ahí a poner por delante a la realidad, es tomar la parte por el todo. Quien piensa que el hecho de ser físicos, nos reduce al materialismo, nos convierte en animales, porque esa sí es la ley de la selva. El ser humano en cambio está preparado para algo más, por lo tanto si se reduce a eso, no vive como lo que es.
Si nos dejamos llevar por los valores que el mundo parece poner a las cosas y a las personas, no nos encontraremos y no podremos ser felices. Hay que aceptar ciertas circunstancias del mundo que nos rodea pero al margen de esas reglas o circunstancias, uno debe saber cuál es la verdad y hacer caso de ella.
Si sabemos que por encima de seres vivos, somos espíritu, es a eso a lo que nos debemos en última instancia, por lo tanto es ahí, donde reside la felicidad. La felicidad no se encuentra por un nivel por debajo del espíritu porque esa es la felicidad del materialismo o de los animales, pero no la felicidad del ser humano.
Por mi trabajo, a menudo oigo hablar de la motivación en el ámbito laboral y a menudo he podido ver que se confunde con las condiciones de trabajo o el dinero. Ninguna de estas cosas motiva. Todos los factores motivacionales se encuentran en aspectos humanitarios, ninguno en cosas que susciten interés. Lo que suscita interés, no motiva. El interés es un término totalmente materialista y aquí hablamos de un concepto que significa justo lo contrario.
Es obvio que debe existir una retribución material en el trabajo pero el gran problema es la escasez de factores motivacionales. Por lo general, el trabajo se genera en las empresas y éstas tienen fines materialistas no humanitarios, es decir, se mueven por interés. Está comprobado que la motivación de un trabajador se dispara incluso sin preocuparse de su retribución, cuando sabe que participa en algo que va a tener una repercusión positiva en la sociedad o sobre un colectivo específico de personas. La razón es bien simple y es que nuestra naturaleza es la de satisfacer principalmente al ser humano, por eso cuando se sabe que se contribuye a la comunidad, el ser humano entiende y siente que está haciendo lo que debe y de ahí la plenitud.
No es cierto que el amor sea un acto egoísta, quien habla así no entiende lo que es el amor. El amor es desinteresado pero debe ser verdadero, si se espera recompensa, no es amor, es interés.
Debes amar la vida con todos los defectos y problemas que te acarrea. No debes permitir que haya confusión entre quien eres en apariencia por tus defectos, problemas o características y el ser que vive dentro de ti y que es una sola cosa, amor puro.
Si te aferras a ese amor puro, y lo defiendes y lo propagas, hallarás la felicidad. No como algo exultante, la felicidad no consiste en eso. No es un estado eufórico sino de paz y de conexión en sintonía con lo que te rodea y con el universo entero.
Me imagino lo lejos que puedo estar de imaginarme tu situación, no obstante, todo lo que digo, sigue siendo válido.
Piensa que no estás "sola" en sentido estricto en este mundo. Estás sola, como lo estamos todos, en sentido "circunstancial", es decir, por el hecho de ser seres individuales, pero esa individualidad no debe privarte de la verdad y es que más allá de la simple apariencia, todos formamos parte de una misma cosa. Nuestra individualidad, no debemos tomarla como algo que nos separa, sino que es una circunstancia que compartimos. Lo aclaro para que no haya dudas, no es que seamos "iguales"; somos iguales a la fuerza, porque somos "una misma cosa". Somos una misma cosa porque venimos de un mismo sitio. Estamos hechos de lo mismo, a la fuerza, porque somos lo mismo. Olvida lo que el mundo real te dice, observa lo que te dice tu corazón. Hallarás quien eres porque hallarás lo que eres, y eso te lleva a la felicidad.
Si comprendes esto, no te sentirás sola nunca más, porque entenderás que formas parte de un universo que sabe de tu existencia y que vela por ti. Puedes créelo porque es así, pero lo has de sentir por ti misma.
Detrás de este mundo, hay otro mundo infinitamente más poderoso. Ese otro mundo habita dentro de ti. En ese mundo, encontrarás la verdad.
La realidad es lo que necesitamos conocer para vivir en el mundo real. La verdad es lo que necesitamos conocer para vivir con nosotros mismos.
Haz caso a lo que sabes que es verdad, y la felicidad aparecerá.