Es posible que nuestro banco, ya sea por correo electrónico o a través de nuestra banca online, nos haya ofrecido un préstamo personal sin que se lo hayamos pedido, es decir, que nos haya dado la opción de contratar un crédito preconcedido. En este caso, podemos obtener financiación en cuestión de minutos y sin tener que presentar ni un solo documento, aunque es posible que las condiciones de financiación no sean las mejores. Por ello, si necesitamos un dinero extra, es aconsejable que sepamos antes cuándo es conveniente contratar un préstamo preautorizado y cuándo es mejor solicitar un crédito convencional.
Los créditos personales convencionales son mejores para financiar proyectos costosos
Lo primero que debemos tener en cuenta si nos ofrecen un préstamo preconcedido es que, en general, el importe al que podremos acceder no será muy elevado, pues el banco siempre tratará de minimizar el riesgo de impago. Por tanto, si necesitamos cantidades de dinero muy altas para financiar un proyecto ambicioso, es mejor que solicitemos uno de los créditos al consumo del catálogo de productos de nuestra entidad.
Además de no incluir gastos de vinculación de ningún tipo, si contratamos cualquiera de estos créditos tampoco tendremos que pagar comisiones de apertura, de estudio o por reembolso anticipado.
Para imprevistos, mejor contratar un préstamo personal preconcedido
En cambio, si necesitamos conseguir dinero rápidamente para cubrir algún tipo de imprevisto, es probable que los créditos al consumo convencionales no sean los más adecuados, pues podemos perder demasiado tiempo en la tramitación de la petición. En estos casos, sí que resulta más conveniente contratar un préstamo personal preaprobado, ya que su concesión es totalmente automática y sin papeleos.
Como su nombre indica, un crédito preconcedido es un producto de financiación que ya se nos ha sido otorgado, pues el banco ya ha analizado nuestro perfil y ha determinado cuánto dinero podemos conseguir, en qué plazo lo podemos devolver y con qué tipo de interés aplicado. Por tanto, para contratar estos préstamos solo tenemos que aceptar la oferta (podemos hacerlo en un cajero automático, en una oficina, por teléfono o por la banca online), seleccionar el importe y el plazo y dar el visto bueno a los términos y condiciones del producto. Tras seguir estos pasos, nuestra entidad nos ingresará el dinero en la cuenta corriente que le hayamos indicado.