¿Soy el único que no se siente identificado con la "derecha" ni con la "izquierda" social y políticamente hablando?

Desde mi punto de vista los partidos político ya no tiene diferenciación en la parte que sus objetivos en cuatro a la parte de la globalización cambio el rumbo ideológico de los dos partidos, creo que no debemos identificarnos con un partido político, es mejor votar por la personas que pensamos que ayudara al desarrollo del país y que prime la ética de esta persona antes que todo.

De todas las ideas que andan por ahi, se puede sacar algo, poco, mucho o nada. Pero al final, tenes que ser vos quien defina tu posicion politica, social, religiosa, habria mucho para hablar del tema, y muchos que opinan estar en contra de esto o aquello, no saben nada del asunto, no conocen ni la causa primaria menos una sicologica, pero hablar, cualquiera habla. Hace tu vida, estudia, se buena persona, educate, y si tienes algun tipo de fe, puedes utilizar, pero recuerda que mucho de los oradores "arreglan" lo de los libros santos a su manera. Se dice que el asunto de la derecha e izquierda, empezo cuando el rey se reunia con los comerciantes ricos, de la derecha, y de la izquierda estaban los representantes de los trabajadores, en realidad, eso de derecha, izquierda, es cuestionable, esta la derecha y la izquierda, hay dos cosas en todo, bueno y malo, lindo y feo, es un mundo doble, energia y materia. Pero asi es la gente. Ya los hindues lo llaman el mundo de maya, o sea, de la ilusion.

No eres el único, yo tampoco creo en ninguna ideología política y menos religiosa de las que publican los autoproclamados líderes políticos o religiosos.

Pienso que cada uno de ellos busca el beneficio personal a costa de los demás, y publican ideologías que siento, ni ellos mismos comprenden.

Por eso no estoy afiliado a ningún partido político y no pertenezco a ninguna congregación religiosa.

Aunque creo en Dios y deseo que mi país salga delante, libre de todo político antipatriota y corrupto y de los líderes religiosos que promueven el diezmo como obligatorio para pertenecer a su grupo, alegándo que el no dar diezmo, es "robarle a Dios" (?).

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No, no eres el único. Existe mucha gente que no se identifica en ningún punto del espectro político. Pero me gustaría decirte que, a pesar de que esas personas no se consideran ni de derechas ni de izquierdas, sus ideas u opiniones sobre algunos temas podrían clasificarse fácilmente más hacia un lado u otro. Esto es así porque el eje izquierda-derecha no se lo inventó nadie para clasificar a las personas que piensa de determinada manera, sino que toda la filosofía política occidental se ha construido en base a eso.

Para hacer un resumen histórico muy cortito, durante la Revolución francesa (1789-1799) se discutían nuevas leyes en la Asamblea Nacional (algo así como el parlamento del momento en el país). Pues bien, los que estaban a favor del antiguo régimen y de mantener el statu quo (o cambiar algunas cosas para que todo siga más o menos igual) se sentaban a la derecha de la cámara, mientras que los más reformistas se sentaban a la izquierda. A partir de aquí, se fue categorizando los ideales considerados como izquierdistas o derechistas según ciertos valores; por lo que es muy difícil salir de este eje, pues es la misma sociedad occidental la se ha forjado a través de esta dualidad.

Otra cosa muy diferente es la actitud que adoptan ciertas personas cuando defienden sus ideas. La ideología ha tenido connotaciones tanto negativas como positivas a lo largo de la historia de la filosofía política; dependiendo de cada autor. Tener unas ideas que crees justas y luchar por ellas no debería ser malo; el problema es cuando alguien no quiere escuchar a los demás e incluso vulnera sus derechos; pero eso es sinónimo de ser un intolerante, no de tener una ideología que crees justa (mucha gente confunde el hecho de tener ideología con ser dogmático, y no debería ser así).

Otra cosa a tener en cuenta es el contexto en que nos movemos. La sociedad es muy amplia y compleja, y pueden surgir episodios donde dos o varios grupos tengan unos intereses muy confrontados, especialmente cuando la coyuntura del momento es crítica (la crisis económica del 2008 ha desatado un nuevo crecimiento de las ideas de extrema derecha, por ejemplo), o ha pasado algo tremendamente injusto que ha conllevado a un punto de inflexión (como la muerte de George Floyd). Estos hechos (que muchas veces incluso se mezclan) pueden afectar a las personas a nivel social, psicológico, emocional e incluso físico. Delante de estas circunstancias, no es extraño que surjan conflictos con altas dosis de polarización, hasta el punto de, incluso, usar la violencia. Remarco en que hay que saber analizar la situación y distinguir entre los hechos y las ideas.

“Sigan a las ideas, no sigan a los hombres”, dijo Raúl Alfonsín. Creo que deberías separar estas actitudes intolerantes de las ideas y valores, tanto de la izquierda como de la derecha. Lo mismo podríamos decir con la religión: quédate con los valores que consideres más justos de tu credo, y no sentirse representado por las instituciones o autoridades religiosas en la tierra puede ser otra manera de profesar la fe.

Se trata, al fin y al cabo, de algo muy personal y tú mismo tendrás que ver con qué te identificas más; aunque, en parte, ya te has respondido a ti mismo, pues la defensa de los derechos humanos universales es, bajo mi punto de vista, un buen punto de partida de qué ideas defender. También sería interesante que investigaras cómo se han conseguido esos derechos (puedes seguir a organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, que además, puede que tengan cursos online al respecto), pues para ello se han necesitado muchas personas comprometidas y valientes para defenderse, ellos y a sus semejantes, de los abusos del poder. En este sentido, te diré que las luchas de colectivos como el LGBTIQ+, las feministas o los antirracistas son una muestra de que todavía hay camino por recorrer. Otra cosa es que no te sientas representado por las formas (u otras razones), pero lo único que hacen estos colectivos en último término es defender unos derechos que, aunque están asegurados de manera formal, a la práctica no se cumplen enteramente.

Éste es, al menos, mi humilde punto de vista.