Si te refieres a países en general, las razones deberían buscarse en la historia y la cultura que se ha forjado en cada país. EE. UU. Podría ser el caso más paradigmático: la formaron los descendientes de los colonos británicos protestantes, que tenían un notorio poder económico (basado en una economía esclavista), y que se desentendieron de la metrópoli británica renunciando a los impuestos que ésta les imponía (no tenían prácticamente representación en el parlamento británico). No es de extrañar que sus ideas fueran profundamente liberales, con una férrea defensa de la propiedad privada y la libertad negativa, es decir, la libertad de hacer lo que uno quiera (especialmente en el terreno económico) sin impedimentos externos. Como te podrás imaginar, estas ideas lo más seguro cuajaron en la cultura estadounidense e influyeron incluso en sus leyes, por lo que tanto gobiernos republicanos como demócratas son profundamente anticomunistas.
Este análisis debería hacerse para cada país, y la cantidad de tiempo y trabajo necesarios serían más de lo que puedo invertir. Otros países que, por razones evidentes, renuncian no sólo al comunismo, sino también a la democracia, son los países regidos por la sharía, por poner otro ejemplo.
Dicho esto, creo que tu pregunta se refiere concretamente a las personas de un país, a título individual. Si es así, permíteme cuestionar lo que dices: es cierto que en todos los países hay personas que odian el socialismo y el comunismo (a partir de ahora utilizaré ambos conceptos de manera indistinta), pero en estos mismos países también las hay que se sienten identificadas con esas ideas (incluso en EE. UU. Y países islámicos). Se necesitaría una encuesta para saber empíricamente cuántas personas hay en cada grupo, información de la que tampoco dispongo.
No obstante, entiendo lo que quieres decir: las personas que odian el comunismo lo hacen con una fuerte animadversión, casi irracional, y un ejemplo bien claro lo tienes en David Tupak, una de las personas que ha respondido tu pregunta.
La respuesta más sencilla a esto sería que, simplemente, estas personas no están a favor de los principios socialistas, por muy buenas intenciones que éstas tengan; al fin y al cabo, no todo el mundo piensa igual. Pero intentaré dar una respuesta que profundice más en el tema. Ahí va:
Yo también pienso, como dice FC Leiole (la otra persona que te ha respondido), que la principal razón de esta animadversión es el desconocimiento de lo que es realmente el socialismo, pues sus orígenes son diferentes a las formas de gobierno que surgieron en su nombre durante la primera mitad del siglo XX. Son esas formas de gobierno (la URSS de Stalin o la China de Mao, los casos más famosos) con que la gente piensa cuando se habla de comunismo, y evidentemente, el carácter totalitario de esos regímenes gusta a bien pocos, pero al mismo tiempo están lejos de movimientos socialistas realmente populares, que se caracterizaban justamente por su carácter libertario.
En este artículo, algo extenso cabe decir, hace un repaso del origen democrático del socialismo y su degeneración hacia esas formas de gobierno y/o estado.
La característica que a mi parecer convierte el socialismo en una forma de democracia radical tiene que ver con el concepto de democracia económica. Es un concepto moderno, que los comunistas y marxistas históricos no usaron, que yo sepa, pero que creo que ilustra muy bien el vínculo entre democracia y socialismo que mucha gente no ve: la propiedad colectiva de los medios de producción.
Esto enlaza con la otra razón por la que considero que hay gente que odia tanto el comunismo: su posición ideológica, determinada, entre muchas otras cosas, por su posición social.
Es decir, si eres un gran empresario no estarás de acuerdo con las ideas socialistas que reivindican la toma de los medios de producción por parte de la clase trabajadora; ello significaría la pérdida de tu empresa y la rebaja de tu posición social de propietario a, como mucho, un trabajador más.
De esta manera, sería una mayoría de trabajadora que, a través de la autogestión, controlarían los medios de producción y, en último término, la economía.
Es por eso que muchas personas, especialmente empresarias, por pequeñas que sean, creen que si mandan los comunistas les van a quitar todo lo que tienen; incluso propiedades personales que no tienen nada que ver con la empresa que regentan.
No obstante, esto no necesariamente debe ser así: en las actuales democracias occidentales se reconoce jurídicamente la figura de la cooperativa, que no es otra cosa que una forma de organización empresarial diferente, más cercana a principios colectivistas, donde son los trabajadores que se asocian y gestionan la empresa; son a la vez propietarios y trabajadores (aunque también pueden tener en nómina a otros trabajadores no socios, pero eso ya es entrar en detalle).
Hoy en día, a pesar de que todavía existen marxistas-leninistas "ortodoxos" que cuestionan los abusos de poder del llamado socialismo real, yo creo que la mayoría de la izquierda comunista actual es crítica con dichos excesos, y que lucha para una sociedad socialista a través de la consecución de mayores derechos para las personas trabajadoras y la ciudadanía en general, así como el cuestionamiento del capitalismo con otras formas de organización y acción económicas, como las ya mencionadas cooperativas, la economía circular, el comercio justo, sostenible y de proximidad, etcétera; todo ello aceptando, aunque sea de manera implícita, las reglas de juego de las democracias representativas liberales.
Para resumir, a mi parecer el odio de ciertas personas al comunismo es una mezcla de desconocimiento o ignorancia, de su ideología, valores y cultura, y de su posición social. Factores que, seguramente, actúan con mayor o menor medida dependiendo de cada persona y que, al mismo tiempo, se influyen entre sí.