En efecto, el proyecto de legalización es el nombre técnico del proceso que le comentábamos. Consiste en redactar el proyecto de obra como si se fuera a construir nueva pero a posteriori, pagando las tasas e impuestos del ayuntamiento como si fuera una obra nueva. La filosofía de este proceso se basa en que si no se hiciese así sería más rentable y rápido hacer primero la construcción sin pedir permiso y luego legalizarla. De esta manera el ayuntamiento se asegura que todas las construcciones sigan el mismo proceso.
Puede hacerlo cualquier arquitecto aunque le recomendamos que por familiaridad con el proyecto lo haga el mismo que diseñó la casa. Si no le convence puede pedir presupuesto a tres arquitectos diferentes y que le especifiquen claramente lo que incluyen en cada uno de ellos (gestión de permisos, modificaciones, visados, número de copias, etc). De este modo podrá comparar calidades y precios de servicios.
Respecto a las tasas deberá abonar las tasas propias de la licencia de obras mayores y el impuesto de construcciones y obras (ICIO). Su cuantía depende de cada ayuntamiento que refleja en sus ordenanzas fiscales.
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