Aunque personalmente no me quejo, en general la situación actual es muy mala. Aproximadamente el 40% de los arquitectos se encuentra en paro, bastantes han emigrado (a Europa del Este, Panamá y oriente próximo, entre otros destinos), muchos grandes estudios han despedido a la mayoría de su personal o directamente han cerrado, la contratación pública ha bajado y los colegios profesionales se encuentran en situaciones cercanas a la quiebra en varios casos. Un buen indicador del estado de la profesión creo que pueden ser los orígenes de los currículums que recibo de vez en cuando. Hace años (2003-2006), en pleno boom, recibía bastantes currículums de arquitectos argentinos primero, de portugueses, polacos e italianos después, hace un par de años empezaron a llegarme sobre todo de arquitectos españoles que después de años trabajando se habían quedado en paro, y últimamente ya apenas me llegan, entiendo que debido a que la gente busca en otros destinos. No obstante la decisión de dedicarse a la profesión de arquitecto entiendo que debe ir más allá de la situación económica en un momento puntual, aunque pueda suponer tener que complementar el trabajo con otros, diversificar o pensar en otros destinos.