Imagina que tu dedo índice izquierdo, lo tienes fijo en posición horizontal. Ahora, con el dedo índice derecho empieza a darle vueltas como si lo estuvieras envolviendo. Pues bien, he allí la idea de la generación de una superficie a través de una línea. La línea debe girar alrededor de una recta fija (conocido como directriz) y así se formará una superficie. Esta línea puede girar en cualquier dirección. Así, si gira paralero a la directriz (como en el caso de los dedos), se formará la superficie de un cilindro. Sin embargo, si la línea se encuentra inclinada hacia un lado (o sea toma una pendiente), se generaría sólo la superficie de un cono tanto superior como inferior.