Cambio de rutina
Hola. Soy un hombre de 41 años algo solitario. No tengo interacción a nivel personal o íntimo entre semana pues en mi profesión no interactúo con prácticamente nadie a nivel personal, sólo a nivel profesional. Soy odontólogo que trabajo sólo en práctica privada entre 4 paredes todo el día. Cuento eso sí con buenísimos amigos pero no nos vemos mucho. Soy soltero, sin pareja ni hijos.
Pues bien, solía ir por muchos años a un gimnasio muy cerca de mi trabajo donde era el único sitio donde podía interactuar, incluso vacilar, reír y cambiar completamente de ambiente a la de la rutina del trabajo. Dicho sea de paso, la gente que asiste a este gimnasio es bastante sencilla, sin mucha preparación académica, pero muy humana, amigable y sin mayores complejos.
Como era de esperar, con los años y el pasar prácticamente todo el día en un sólo sector de la ciudad caí en una rutina terrible incluso con el gimnasio. Decidí cambiar de gimnasio a uno cerca de mi casa, bellísimo, pero con gente completamente distinta a la anterior. Algunos con muchos recursos económicos, es un sitio donde ni siquiera en ocasiones se dan los buenos días. Prácticamente la gente no interactúa, todos con sus i-pods bloqueando la comunicación entonces con sus semejantes, o muy apurados para conversar un poco.
A pesar de que estoy muy contento por el cambio de rutina, me hace mucha falta la interacción social que solía tener y que era prácticamente la única que tenía diariamente, y eso me entristeze un poco.
Parece una tontera, pero para mí tiene significado. Tal vez estoy dando yo mismo la solución a la situación personal, pero, ¿le parece a usted experto en psicología que sería una buena idea alternar los gimnasios? Es decir, puedo ir 3 meses al que queda cerca de mi casa y 1 mes al que está cerca de mi oficina, ¿por ejemplo?
Muchas gracias por su tiempo y cualquier consejo que me pueda dar.
Pues bien, solía ir por muchos años a un gimnasio muy cerca de mi trabajo donde era el único sitio donde podía interactuar, incluso vacilar, reír y cambiar completamente de ambiente a la de la rutina del trabajo. Dicho sea de paso, la gente que asiste a este gimnasio es bastante sencilla, sin mucha preparación académica, pero muy humana, amigable y sin mayores complejos.
Como era de esperar, con los años y el pasar prácticamente todo el día en un sólo sector de la ciudad caí en una rutina terrible incluso con el gimnasio. Decidí cambiar de gimnasio a uno cerca de mi casa, bellísimo, pero con gente completamente distinta a la anterior. Algunos con muchos recursos económicos, es un sitio donde ni siquiera en ocasiones se dan los buenos días. Prácticamente la gente no interactúa, todos con sus i-pods bloqueando la comunicación entonces con sus semejantes, o muy apurados para conversar un poco.
A pesar de que estoy muy contento por el cambio de rutina, me hace mucha falta la interacción social que solía tener y que era prácticamente la única que tenía diariamente, y eso me entristeze un poco.
Parece una tontera, pero para mí tiene significado. Tal vez estoy dando yo mismo la solución a la situación personal, pero, ¿le parece a usted experto en psicología que sería una buena idea alternar los gimnasios? Es decir, puedo ir 3 meses al que queda cerca de mi casa y 1 mes al que está cerca de mi oficina, ¿por ejemplo?
Muchas gracias por su tiempo y cualquier consejo que me pueda dar.
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Respuesta de mclaffi L.
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