Creo que hay una relación muy directa entre nuestra conducta y nuestra química cerebral. He leído algunas cosas sobre neurotransmisores y creo que es un tema fabuloso, pues controlando estos mensajeros químicos podemos controlar algo de nuestro estado de animo. Crees tu que todos estos comportamientos tan patológicos como asesinos, o sin ir tan lejos comportamientos de personas que siempre intentan hacer la vida imposible a la gente que tiene a su alrededor, ¿podrían esconderse en un desequilibrio de sus mensajeros químicos?
Podrías darme un par de consejos para mantenerlos siempre equilibrados.
Es muy interesante tu pregunta porque ha generado, y genera aún, mucha controversia. Hay muchos especialistas que trabajan sobre modelos psicobiológicos de la conducta, y especialmente en torno a las psico/sociopatías, y las investigaciones se centran fundamentalmente sobre aspectos relacionados con la lateralidad del cerebro y sobre las influencias de los neurotransmisores en la impulsividad y falta de control de estos cuadros. Parece que todos coinciden en que hay un neurotransmisor directamente implicado en este asunto: la serotonina, y en menor medida la dopamina (no te las describo porque supongo por tu escrito que las conoces suficientemente). Por ejemplo, en estudios realizados con trastornos de la personalidad de tipo border-line, una especie de espacio frontera entre la neurosis y la psicosis, se han encontrado disfunciones del sistema serotoninérgico, las cuales se intentan regular con la administración de un fármaco llamado fluoxetina, que ofrece resultados dispares en su efectividad sobre la impulsividad y los factores depresivos. Pero a pesar de todo esto pensar que una actuación química sobre los neurotransmisores permite tratar las patologías que tu mencionas y modificarlas es algo así como creer en los Reyes Magos. Las propias características de estas patologías, por ponerte un ejemplo, dificultan enormemente lo que llamamos "adherencia al tratamiento", y además los factores intrapersonales y sociales son muy potentes tanto en el origen como en el desarrollo de estos trastornos de la personalidad, por lo que sin tratamiento psicoterapéutico los avances son más aparentes y breves que reales. E incluso la psicoterapia créeme que es muy complicada en estos casos. Es muy difícil establecer una adecuada relación transferencial (una empatía si quieres) con estas personas, por lo que también la adherencia al tratamiento es difícil de lograr para la psicoterapia. Parece notorio que lo genético y lo ambiental interactúan en estos cuadros muy especialmente por lo que el tratamiento psicofarmacológico parece el adecuado, a pesar de las enormes dificultades que antes te señalaba. A veces la psicoterapia permite que el sujeto acceda a los fármacos, y a veces es al revés. La verdad es que, yo diría que como ante cualquier otra patología, hay que estudiar cada caso y analizar su historia. No obstante me pides un par de consejos. Bueno, pues si tienes relación con alguna persona que es "de las que hacen la vida imposible", quizá estemos ante un trastorno de la personalidad de tipo psicopático, que se caracterizan por su imposibilidad de tener en cuenta los sentimientos de los demás y su necesidad impulsiva de controlar a los que le rodean. Sé que la relación con estas personas llega a ser desesperante, cuando no peligrosa, y hay que tener mucha "fortaleza yoica" para hacerles frente ( y a veces fortaleza física también). En todo caso no sirve llevarles la corriente ni hacerles razonar, solo aislarles, imponer férrea y constantemente límites a sus actuaciones sin la más mínima opción a que nos puedan manejar ni pseudoseducir, y mucho menos manifestar sentimientos de lástima, aunque la sintamos por dentro.
Muy agradecida por tu respuesta. Seguro que me pondré en contacto con tigo en próximas ocasiones. Cuando quiero mantener en buen estado mis neurotransmisores me pongo un ratito al sol y me siento bien. Un saludo. Silvia.