Tengo un familiar con síndrome de down de 22 años, que tras un problema de tiroides presenta problemas psicológicos, desde cambios de carácter, apatía, e incluso un retroceso en lo aprendido y en su autonomía. ¿Le esta viendo un psiquiatra pero se limita a medicarle por que según el este tipo de pacientes no "colabora" .No existe otra solución? ¿Dónde puedo contactar con algún psiquiatra relacionado con enfermedades psiquiátricas de los Down?
Gracias
Esta es una de esas preguntas que no desearías nunca que te dirigieran al buzón personal y si aparece en el tablón de anuncios, dejarla para quien se atreva a responderla. Lamentablemente, coincido con el criterio del psiquiatra. Desde las instituciones sociales se ha hablado mucho de los grandes avances que se han logrado en la rehabilitación de estos enfermos, de su alto grado de integración de sus múltiples capacidades, pero se ha olvidado frecuentemente, que cómo humanos, son singulares en cada uno de los casos. Es decir, del mismo modo que hay altos y bajos, gordos y delgados, rubios y morenos, en el mundo de los enfermos de Down los hay que tienen más capacidades residuales y otros que tienen menos o que pueden además desarrollar enfermedades psiquiátricas concomitantes. Pero, ¡Ojo!, ¿Ese riesgo está igualmente presente en los denominados? ¿Normales?, de las enfermedades psiquiátricas, no se libra absolutamente nadie, cómo no nos libramos de las infecciosas, metabólicas, etc. y al que le ha tocado, le ¡Ha tocado!. Considero que la interconsulta con otra psiquiatra puede ser interesante, pero eso, sí, sin hacerlo de escondidas, considero que se debe hablar seriamente con el profesional que ahora atiende al paciente, plantearle las dudas y decirle sin acritud, que se considera oportuno la consulta con otro profesional, de tal modo que si durante un tiempo se abandona la consulta y luego se reconsidera oportuno el volver, ¿se haga sin resabios y sin? ¿Sarpullidos?. No obstante, pienso que si un profesional no tiene medios, poco puede hacer otro y en el terreno de la especulación y en el terreno de la psiquiatría caben sino fraudes, sí, falsas esperanzas.