Por lo que explicas, ya existen varios problemas.
Primeramente una red de saneamiento en mal estado que está debilitando al menos una parte del asiento del inmueble. Por lo que primeramente se tendrá que actuar sobre esa red, para subsanar el problema, estabilizar el suelo y ver como se comporta el edificio.
Como segunda acción, yo colocaría testigos en varias grietas de control para comprobar si el edificio se ha estabilizado o se sigue moviendo. Esto es un proceso que lleva al menos 3 meses.
Por último, si los testigos indican que sigue habiendo movimiento, se debería de estudiar que parte de la cimentación está fallando, para ver que sistema de recalce es el más apropiado. A veces hay soluciones más económicas y a veces más complejas.
Lo que no comparto en absoluto es que se de como opción inyectar resina, sin más consideraciones. No me parece serio.
Yo plantearía a los vecinos acometer obras con lógica y progresivamente.
Es decir. Si hay detectado un problema de saneamiento que está debilitando el terreno, acometer esa acción como urgente.
El segundo paso sería la colocación de testigos o fisurómetros para saber la estabilidad real del edificio. La colocación de 7 a 10 fisurómetros, no debería de pasar de unos 300 a 500 €, por lo que no es un gran gasto.
Pasados entre 3 y 6 meses, se debe de realizar el control de los fisurómetros y determinar como se está moviendo el edificio y donde necesita refuerzo, si es que lo necesita. A partir de ahí, realizar la valoración oportuna de las obras de refuerzo si son necesarias.
Yo creo que esos son los pasos adecuados y que es obligación de la comunidad acometerlos, ya que si se niegan pueden tener responsabilidad civil con el resto de propietarios.
Yo convocaría una reunión de propietarios y propondría un plan de actuación y de derramas por un daño grave en el inmueble. Tanto los que voten a favor como en contra deben de quedar claramente recogidos en el acta y recordarles a los que voten en contra (si son mayoría y no permiten la ejecución de las obras) que pueden ser responsables ante la justicia por la negligencia de dejar deteriorarse el inmueble y tendrán que responder económicamente de los daños que causen al resto de propietarios si hay que desalojar el inmueble y re alojarse en otra vivienda o acometer obras de mayor envergadura o la lo que de lugar la dejadez.