Tu postura me parece de lo más sabia y honesta por coherente. Que puede haber más sabio, coherente y honesto que no tomar partido por aquello que no depende de uno y que además carece de un significado concreto para la persona. Estoy totalmente de acuerdo contigo en ese sentido.
Los nacionalismos son un elemento mucho más útil al estado que a la población si tenemos en cuenta el uso que cada uno hace de ellos.
Los nacionalismos resultan ser una herramienta de manipulación. Esto es así porque son una "idea". Una "mala idea" por cierto, porque separa a la gente y en última instancia la conduce al enfrentamiento. Los nacionalismos son la savia que mantiene al poder.
Cuando una idea se adueña de una persona y la mueve a razonar según esa idea por encima de su condición de persona, esa persona se ha convertido en servidor de algo y de alguien.
Si hemos de hablar de ideas, para mí las mejores ideas son aquellas que buscan la preservación del alma, de la persona física y del mundo que nos rodea. Las personas conscientes de esta realidad, son reacias a dejarse manipular y a caer en las falacias que mueven a multitudes porque saben muy bien lo que es importante en este mundo y lo que no lo es. Su actitud se basa en el conocimiento y el deseo que sienten de que todo cuanto existe merece un respeto y tiene el derecho de existir empezando por su propia persona.
En el momento en que uno empieza a mirar el mundo por lo que es (en apariencia) en lugar de verlo como debería ser, puede creerse más o mejor que tal o cual raza o ideología o religión o poder económico o clase social o lo que sea, terminando por discriminar y tratar de dominar a la gente por las razones más absurdas.
El respeto es de las convicciones que proceden de lo más profundo y se manifiestan en lo más simple.
Nacionalidad vs nacionalismo
La nacionalidad se debe considerar en primer término por la medida en que influye en una persona sin que la persona misma lo decida. Es decir, al nacer, uno entra a formar parte de un sistema que consta de un aparato administrativo, un entorno natural, social y cultural, todos ellos con sus reglas. De repente somos objeto de muchas "etiquetas" por las que somos "tratados, reconocidos, clasificados, gestionados" pero son meros convencionalismos (algunos más humillantes y otros más injustos) pero que tienen una función que viene regulada por la ley del país en cuestión. En este sentido, tiene sentido discutir para cambiar la política buscando lo que uno cree o entiende que ha de ser mejor. Pero esto, nada tiene que ver con el nacionalismo, el cual tiene una componente irracional que es la que lo hace peligroso. El nacionalismo apela más a un sentimiento que a una razón. El objetivo es llevar al individuo a la convicción acerca de algo que no existe, de un concepto llamado "nación" que lo es todo y lo representa todo. Es del tipo de ideas que promueven al fanatismo por su componente de "ideal" que no se encuentra en el mudo real. Además, tiene un componente gregario importante y no precisa de fuentes externas para alimentarse ya que se exalta a sí mismo por su propia "idea".
Hay que ser cauto a la hora de dejarse arrastrar por este tipo de ideas más que nada para no terminar haciendo o pensando lo que no se quiere.
Detrás de los nacionalismos hay que buscar causas sociales porque sin esas causas, la gente no les prestaría su apoyo.
Creo que viene a colación hablar del tema de Cataluña.
Mi opinión es que es una cuestión de voluntades y ante un conflicto de este estilo se deben negociar esas voluntades. Es decir, la ley no pasa en ningún momento por encima de la voluntad de las personas. De hecho, la Ley es, en sentido estricto, y así debe entenderse, "La voluntad del pueblo" por el hecho de que "el poder es del pueblo" y es el pueblo quien lo cede a sus representantes y esto es la Constitución. Así que el poder no se lo hemos dado para que sean nuestros amos sino para que cumplan una función organizativa y para que velen por nuestros derechos. Pues bien, el gobierno ha malinterpretado la ley para ofuscarse en la defensa de un estado unido sin darse cuanta que al hacerlo ha vulnerado los derechos que con la ley se pretendía garantizar. No se pueden pisotear los derechos que fundamentan la ley y decir que se hace en nombre de la ley. Puede haber cinismo mayor. Solo si se antepone un interés que no es el de proteger la ley se puede actuar y pensar así.
Este es un problema de toda España no solo de Cataluña. Es un problema que alcanza al concepto de la democracia. De ser la situación diferente y encontrarse otra región o parte de España en esta situación por cualquier motivo, (que no tiene porque ser la independencia), encontraría igual de injusta la actitud del gobierno. No se puede uno alinear con semejante actitud porque de hacerlo, se estarían vulnerando de manera indirecta los derechos de uno mismo.
Nos dicen que la masa es estúpida y que la gente no piensa. Yo no lo creo. La gente es manipulable porque tiene miedo eso sí lo creo pero también creo que lo es hasta que se cansa de serlo. El pueblo es capaz de sufrir lo indecible porque por encima de todo ansía vivir en paz pero nos hemos vuelto más inteligentes y menos conformistas que en el siglo XV. Ya no nos asustan con lo de arder en la hoguera y nos sentimos capaces de juzgar a quien se ponga por delante porque sabemos que nadie es más que nadie aunque se siente en lo más alto o tenga mucho dinero o muchos títulos. Lo sabemos porque ya hemos visto que cuanto más arriba más mierda hay, así que no tenemos ningún complejo de inferioridad, no somos borregos a los que guiar porque son ellos los que viven de nuestra "lana" y por eso nos deben respeto. Respeto a la hora de hacer promesas. Respeto a la hora de diseñar leyes. Respeto a la hora de hacerlas cumplir. Respeto a la verdad y al sistema que les permite vivir y sin el cual ni siquiera existirían. Respeto a nuestra inteligencia e integridad.
No cabe duda, el poder lo tenemos, pero no sabemos emplearlo porque estamos habituados a que todo lo decidan por nosotros. El concepto "Me da igual lo que decidan mientras yo tenga lo que necesito" ha de cambiar. En la medida en que asumamos nuestra cuota de responsabilidad y participación, ellos dejarán de tener la sartén por el mango y en consecuencia seremos más conscientes y dueños de nuestra vida y de nuestro destino. La globalización nos ha abierto al mundo y es hora de que empleemos ese poder para ganar terreno en el control sobre nuestras vidas no en cederlo como ocurrirá si nos dejamos arrastrar por la tecnología y cerramos los ojos a los métodos que se empleen y las políticas que se implanten.