Necesito saber la diferencia entre... (psicología)

1. Alzheimer y Parkinson

2. Miedo, aversión e hipersensibilidad (a algo)

4. Sensible, susceptible e irritable

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Aun cuando ha sido un término ampliamente utilizado a lo largo del siglo XX, y todavía hoy en día, lo primero que hay que dejar claro es que no existe la demencia senil. La vejez, per se, no es causa demencia, ni todas las personas que alcancen una edad avanzada tienen por qué desarrollar demencia de forma ineludible, que es lo que indicaría el término demencia senil. Los ejemplos de personas de edad avanzada en plenas facultades psíquicas están en la mente y en la vida de todos nosotros.

El envejecimiento ocasiona modificaciones cognitivas (disminución de la velocidad de procesamiento mental, dificultad para mantener la atención en varias cuestiones al mismo, cierto déficit de memoria inmediata, etc.) que no tienen por qué interferir con la capacidad de un individuo para llevar una vida autónoma e independiente (a diferencia de las demencias). Otra cuestión es que la edad sea es el principal factor de riesgo para desarrollar demencia, fundamentalmente de causas neurodegenerativas (la enfermedad de Alzheimer entre ellas), pero las causas serán las propias de la neurodegeneración y no la edad por sí misma.

La causa más frecuente de demencia es la enfermedad de Alzheimer, que representa aproximadamente el 75% de todas las demencias. Es una enfermedad neurodegenerativa, de curso insidioso y progresivo, cuya causa aún es incierta y en la que se imbrican factores genéticos y ambientales. Hoy sabemos que las lesiones cerebrales que originarán la demencia (placas de proteína betaamiloide, ovillos neurofibrilares) empiezan a aparecer en determinadas áreas del cerebro 15-20 años antes de la aparición de los síntomas. En su forma típica, los primeros síntomas afectan a la memoria inmediata, a la denominada memoria episódica, con dificultades para codificar y guardar la información. Progresivamente se afectarán otras funciones cognitivas (lenguaje, orientación, capacidad de juicio, etc.) y conductuales, determinando la pérdida de la persona afectada de la capacidad de valerse por sí misma en su vida cotidiana. La enfermedad sintomática suele transcurrir de forma lenta y progresiva a lo largo de 12-15 años, y se verá influenciada por factores que tienen que ver con la propia salud de la persona (enfermedades vasculares cerebrales, medicaciones, infecciones, etc.) y el entorno donde ésta se desenvuelva.

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por la destrucción progresiva de neuronas dopaminérgicas y la sustancia que producen, la dopamina. La sintomatología, de aparición progresiva, tiene que ver, fundamentalmente, con la falta de coordinación de los movimientos. Característicamente suele aparecer temblor (de reposo, en una mano o pierna), rigidez, amimia (cara inexpresiva), lentitud de movimientos, trastornos de la marcha (encorvados, a pasos cortos, con bloqueos), etc.

Es frecuente que los pacientes con enfermedad de Parkinson padezcan depresión y puedan desarrollar demencia. La demencia asociada a la enfermedad de Parkinson tiene rasgos diferentes a la enfermedad de Alzheimer. La memoria suele estar menos afectada que en el Alzheimer, y la presencia de síntomas neuropsiquiátricos (depresión, alucinaciones, delirios, etc.) es más frecuente y precoz.

Existe otra demencia relacionada con la enfermedad de Parkinson, la demencia por cuerpos de Lewy, que se caracteriza por alucinaciones visuales precoces y muy vívidas, fluctuaciones a lo largo del día de los síntomas, síntomas parkinsonianos y caídas de repetición. Suele tener un curso rápidamente progresivo. Por último, tratándose ambas de enfermedades neurodegenerativas, no es excepcional que en una misma persona mayor coincidan enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Parkinson ESA ES LA DIFERENCIA

Un ejemplo: fonofobia (miedo), misofonía (aversión) hiperacusia (hipersensibilidad)
Misoginia (aversión) ginofobia (miedo), fobia social (miedo) misantropía (aversión)
MIEDO a probar alimentos nuevos, AVERSIÓN sensorial alimentaria, HIPERSENSIBILIDAD gustativa
Es que parece todo lo mismo

Las personas susceptibles son aquellas normalmente quisquillosas, es decir, demasiado delicadas para el trato común, y fáciles de agraviarse o de ofenderse con otros, por pequeños pretextos. Ser susceptible se asocia con mostrarse irritable e irascible. También, con ser escrupuloso y receloso. El o la susceptible teme, sospecha y desconfía de los demás porque por la mínima situación se siente agredido. Así, tienden a sufrir más del estrés y de la angustia.
Por otra parte, y a pesar de su aprensión, son personas fácilmente manipulables dado que son altamente impresionables, lo que le permite a terceros persuadirlos de una manera apasionante, o sembrarles ideas o sentimientos con gran fuerza. En el caso de enamoramientos, la persona susceptible, durante el período de aproximación, lo hará con cautela pero una vez que tome confianza en la pareja, le será muy fácil a esta emocionarla y conmoverla.
Se puede ser sensible sin ser susceptible, pero el o la susceptible se deja llevar por los sentimientos y las emociones, lo cual no le permite analizar en frío las circunstancias para actuar adecuadamente. Así, una broma social se convierte en una ofensa, o un comentario crítico positivo en el trabajo con el objeto de estimular un mejor rendimiento, por parte de su supervisor, le genera al susceptible una crisis de autoestima o un cuadro de angustia innecesario.
La susceptibilidad impide las normales relaciones humanas por temores infundados de ser insultados o por falsas percepciones de rechazo. Al mismo tiempo, provoca un enorme desgaste emocional por estar a la defensiva y esperando una agresión.
Una cosa es lo que suponemos y otra lo que realmente ocurre. Debemos aprender a diferenciar y dar a las situaciones su justo valor. No exageremos, y sobre todo tratemos de mantener el control emocional. Permitir la exageración en las emociones puede suscitar desasosiego, ansiedad, angustia e intranquilidad. Ante cada circunstancia usemos la razón y pensemos cuál es la mejor respuesta para alcanzar nuestros objetivos. No reaccionemos con la sola emoción, sea de rabia, miedo, alegría o amor. Si es necesario comentemos el evento con los seres queridos o amigos y que nos den sus impresiones. De esta forma obtendremos juicios de valor menos cargados emocionalmente.
Los sentimientos son positivos y nos hacen vivir con afecto y satisfacción, pero existen emociones que suscitan desasosiego, ansiedad, zozobra, angustia e intranquilidad. Así como una persona puede llegar a manejar y lidiar con una fobia, las personas susceptibles pueden aprender a controlar sus emociones y dejar de ser tan sensibles e impresionables, sin perder para nada, su forma de ser ESPERO HABERTE AYUDADO(:

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