Quizá detrás de esa decisión haya una desaprobación del hecho en sí mismo, por entender quizá que no es propio vivir de esa manera. La cuestión estaría más bien en cómo es tu vida en el resto de facetas pues el sexo es una faceta más y está en conexión con las otras. Una simple actuación sobre ese aspecto en particular puede no resolver nada sino todo lo contrario, puesto que ese acto en sí mismo no es un problema. Hay que centrarse en lo importante y valorar cada cosa en su justa medida. Un cambio progresivo de actitud hacia ciertos aspectos de tu vida revertiría en tu visión del sexo y en tu comportamiento.
Es como querer arreglar un grifo que gotea pero en realidad la gota viene del techo solo que cae justo donde está el grifo. En ese caso, obviamente no solucionaremos nada ajustando más el grifo.
Lo que ocurre en el cuerpo tiene una causa en la mente. Como el cuerpo contiene a la mente materializa los estados de aquella.
Para empezar, hay que ir a lo simple y a lo que podamos manejar sin que nos cause un trastorno. Evitar los caminos complejos con soluciones difíciles de llevar a la práctica y que no resuelven el problema de raíz.
Hay que tener en cuenta que el terreno sexual se ve abonado por la fantasía. Cuanta más realidad haya en tu vida, en lo referente al sexo, menos tendrás que recurrir a la fantasía de manera individual o tendrá un significado diferente. Es decir, la fantasía buscada a través de las relaciones reales es la que mejores resultados proporciona. Ocurre que no siempre estamos en relación con la persona adecuada y cuando se trata de satisfacer nuestras necesidades sexuales encontramos un cúmulo de circunstancias que deberían acompañar para poder llevarse a cabo y al no darse el tema queda estancado. Se dificultan el discernimiento y el valor necesarios para saber lo que uno necesita y buscarlo. Con lo cual volvemos al cubículo seguro de nuestra mente. Tomar conciencia de la medida en que se está produciendo esto te va a permitir juzgarte con más objetividad y aceptar en cada momento la etapa por la que estés pasando.
La actividad intelectual es un fuerte estímulo para llenar la mente y procurar sensaciones de plenitud. Lo mismo con actividades manuales o artísticas, deporte, etc. Pero sobre todo, cierto nivel de vida social enfocada a eliminar complejos y a la integración. La desmitificación del otro reduce el ansia y acerca los planos de la fantasía aun manteniéndola. La hace menos perjudicial porque revaloriza al sujeto y rebaja lo inalcanzable, que es el fundament y el aliciente de la fantasía, es decir, se sigue gozando de la fantasía pero es ya entendida con más naturalidad de modo que aunque se sepa que la imagen con la que uno se siente estimulado está fuera de su alcance, no deja de estar en el mismo mundo que uno ni deja de ser una persona más igual que uno. Este ejercicio de racionalidad, tiene la consecuencia de desmitificar la fantasía hasta unos niveles racionales y de este modo se reduce tanto la ansiedad como la dependencia y el placer se vuelve en lo que debe ser, mera satisfacción libre de obsesión.
No se si estos consejos te servirán pero lo que es seguro es que no te perjudicarán y con el tiempo verás que existe una coherencia en esto.